miércoles, 22 de agosto de 2012

El foco perdido



Las movilizaciones estudiantiles, algunas noticias judiciales y las encuestas políticas están demostrando cómo medio país se mueve a ciegas en estos días, porque tiene el foco totalmente perdido.


EL DURO CASO DE NANCY HERRAZ

Nancy Herraz cuando fue herida
(foto El Líder de San Antonio)
En el ámbito de la justicia, hay algunos ejemplos ilustrativos.
La Corte Suprema acaba de fallar esta semana, en última instancia (sin que quepan, por lo tanto, nuevos recursos) en el caso del apedreo a Nancy Herraz, en la Autopista delSol. Un caso que nos estremeció a todos hace exactamente ocho años, en agosto de 2004, y que nos vuelve a remecer cuando vemos las imágenes de las atroces heridas que sufrió en la cara y en su dignidad, a causa del peñasco que lanzó aparentemente un menor de edad, contra el auto en que viajaba a San Antonio.
Del o los culpables, nunca más se supo. Pero Nancy Herraz y su familia se aferraron a la esperanza de obtener alguna reparación de parte de la concesionaria de la autopista. Ella ha vivido ocho años duros, sometida a más de una operación para recuperar al menos en parte la apariencia y las funciones de su rostro, y al parecer ha tenido que resignarse a la pérdida de visión de un ojo. 
Sus expectativas tuvieron un respaldo inicial cuando una jueza de primera instancia ordenó a la autopista el pago de una indemnización superior a los $ 125 millones. Pero esas expectativas se fueron al suelo cuando la Corte de Apelaciones anuló esa sentencia, y terminaron de sepultarse ahora, cuando una sala de la Suprema, en forma unánime, rechazó el recurso de casación que el abogado de Herraz había interpuesto contra el fallo anterior.

lunes, 20 de agosto de 2012

Assange, Wikileaks y Chile




El caso Assange tiene demasiadas aristas enfrentadas como para quedarnos  conformes con sus primeras apariencias. Menos cuando está llevando al mundo (y a Chile) a adoptar posiciones que pueden comprometer intereses también enfrentados.
Siempre parece interesante "echarle pelos a la sopa" y dar algunas vueltas a la noticia, aun cuando sea para construir preguntas que bien podríamos formular a más de alguien, y someter a prueba nuestros propios juicios anticipados. 
Veamos algunas constataciones (o, al menos, algunos intentos de constatar ciertas cosas):
  • Julian Assange no es una rata acorralada en una trampa; es una personalidad global que, a pesar de sufrir hoy severas restricciones a su libertad, está cubierta de gloria: Ha recibido innumerables premios por su lucha a favor del libre flujo de información en el mundo aun cuando ella ponga en graves aprietos a las potencias y líderes más poderosos del planeta. Lo ha premiado Amnistía Internacional, The Economist, fundaciones y organizaciones de medios y periodistas en Estados Unidos, Europa y su natal Australia; hay quienes quieren postularlo al Premio Nobel de la Paz (una iniciativa que sin duda ganaría fuerza si fuera extraditado y juzgado); y ha recibido el respaldo explícito de políticos de todas las latitudes: desde la vociferante protección de Rafael Correa a la más discreta pero también mucho más contundente de Lula da Silva. No es un perseguido inerme ni un obrero del periodismo acorralado y solo. Cinco de los periódicos más importantes de Occidente lo acompañaron en su última gran aventura informativa (la filtración de los documentos del Departamento de Estado) y es de suponer que no lo abandonarán a su suerte tan fácilmente. Son los mismos periódicos con los cuales muchos jerarcas mundiales no dejan de coquetear para salir favorecidos en sus páginas.