10 claves preliminares de un fallo
1. El fallo se pareció
a una elección. Todos ganamos y sólo fue cuestión de interpretarlo. Pero, como
en una elección, efectivamente hay aspectos en los que se gana y aspectos en
los que se pierde. Perú ganó nuevo mar en calidad de zona económica exclusiva (no
soberanía ni mar territorial, como erróneamente dijo el presidente Humala) y
Chile logró que fuera reconocido para siempre el límite marítimo basado en el
paralelo a partir del Hito 1, y no del Punto Concordia como pretendía Perú.
2. Chile no perdió ni
un milímetro de soberanía marítima, que sólo corresponde a las primeras 12
millas a partir de la costa, y que se mantiene incólume hasta el mismísimo
paralelo por el norte, donde el límite estaba, según Chile, hasta ahora.
3. Los más directos
afectados potenciales por un eventual fallo adverso (los pescadores artesanales
de Arica) no perdieron nada. Su área de operaciones no sufre ninguna
alteración. El Estado (y todos los chilenos) podrá ahorrarse subsidios y
compensaciones, sin perjuicio de que toda esta historia debiera obligarnos a
repensar las políticas para nuestras zonas extremas.
4. Los sucesivos gobiernos
chilenos manejaron mucho mejor que los peruanos las expectativas de sus
ciudadanos. Chile logró retener más de lo que esperaba o temía perder… y Perú
no consiguió todo lo que se ilusionó con obtener. Claramente, las
“sensaciones ambientales” en cada país sugerían lo contrario hasta la mañana de
este 27-E.
5. La Corte innovó y
desplegó “creatividad” jurídica, al obviar parte de las argumentaciones de uno
y otro, y crear una línea divisoria que nadie planteó jamás, como es la línea
equidistante hacia el suroeste, a partir de la milla 80. La Haya inventó "otra raya"...
6. La Corte generó
jurisprudencia al aplicar un criterio práctico para sostener su decisión, como
es el uso efectivo, posible y actual, del mar frente a nuestras costas, que no
va más allá de las 60 millas, teniendo en cuenta que, cuando mucho, hasta esas
lejanías llega la concentración casi total de recursos marinos explotables.
¿Por qué resuelve que la milla 80, y no la 60, es el punto razonable? Falta revisar con detención el texto
íntegro del fallo para comprenderlo.
7. La Corte dejó
abierta una interrogante que pocos mencionaron este lunes: lo que debiera ocurrir con el triángulo terrestre comprendido
entre a) el Hito 1, b) el punto en que el paralelo nacido en el Hito 1 se topa
con la bajamar, y c) el Punto Concordia. La Haya sólo traza el límite marítimo
desde el segundo punto (b) mencionado hacia el oeste, y no se pronuncia sobre los límites
terrestres, que en rigor no fueron sometidos a su consideración. De manera que
Chile seguirá sosteniendo que el límite terrestre entre el Hito 1 y la bajamar
está dibujado justo sobre el paralelo, y Perú podría seguir sosteniendo que el
Hito 1 debiera ser considerado un segundo punto limítrofe, después del Punto
Concordia, hasta donde entendemos no cuestionado ni ratificado por la Corte como punto de límite
terrestre. Esa tesis implicaría que la frontera terrestre (según Perú) tendría
que recorrer la línea de bajamar de norte a sur, desde el paralelo (b) hasta el
Punto Concordia (c), para “devolverse” en diagonal hacia el noreste, hasta el
Hito 1 (a). Extrañísimo. ¿Puede ser esta arista dudosa un punto de partida para
una eventual demanda boliviana? (ver número 10).
8. Lo más valioso del
fallo es que zanja una diferencia de manera definitiva, abriendo una etapa
nueva en la floreciente relación entre los dos países, los más prósperos y
crecedores de esta parte del mundo, donde chilenos y peruanos sólo tenemos progreso
por ganar. Las reacciones primitivas de algunos llamados “nacionalistas” que no
suelen ser más que penosos imbéciles, no podrán impedirlo. Chile y Perú dieron
una demostración al mundo de respeto al derecho y trabajo serio por la paz.
9. El debate sobre un
eventual retiro del Pacto de Bogotá que nos libere a futuro de litigios en La Haya nada permitiría
lograr frente al contencioso con Bolivia, ya en curso y sin vuelta atrás (y
donde Chile, más ahora, puede dar por descontada una victoria), y sólo nos
expondría a resolver las diferencias de la peor forma. ¡Por favor, racionalidad!
10. Paradójicamente, el
fallo de este 27-E es menos malo para Bolivia de lo que podía esperarse, porque
en lugar de “estrechar” el océano frente a Chile por una línea equidistante que
hubiera comenzado en el Hito 1 (o, peor aún, en el Punto Concordia), deja abierta
una posibilidad que por ahora es ficción: una salida con mar disponible al
frente, y no con una frontera al frente. El problema para Bolivia es que no
contaba con un fallo que la acercaba a su ilusión mucho más que su propia demanda ante
La Haya.