martes, 14 de junio de 2011

Así como vamos...


Así como vamos, quizás (sólo quizás) podría llegar el día en que tengamos 25 mil dólares de ingreso por habitante.
Habrá desigualdades, pero mucho menores que las de ahora. Con la reforma previsional en pleno régimen, no habrá adultos mayores en la miseria como hoy. Todos tendrán al menos la pensión básica solidaria, una gran cantidad de pensionados ya no tendrá que destinar el 7 por ciento de sus jubilaciones para sus seguros de salud y tendrán atención gratuita en el sistema público... y muchos servicios públicos y empresas privadas habrán adoptado políticas y estrategias de marketing orientadas a favorecer a la tercera y cuarta edades. Por fin ese grupo de chilenos (y de ciudadanos del mundo) será entendido como el único mercado en expansión de la Tierra.
Será muy común que haya negocios y servicios dirigidos a ellos; las calles estarán mucho más llenas de gente con canas disfrutando de la vida. Las ciudades turísticas recibirán verdaderas invasiones de visitantes de edades avanzadas.
A propósito, la expectativa de vida se habrá ampliado a 98 años para los hombres y 100 para las mujeres. Algunos años antes, se habrá acordado una nueva gran reforma previsional, muy controvertida por cierto, que habrá postergado la edad de jubilación de los hombres desde los 65 a los 70 años, y para las mujeres desde los 60... también a los 70 años. Habrá ocurrido algunos años después que en los países más ricos del mundo, luego que fuera creciendo la conciencia sobre el envejecimiento de la población y su altísimo costo, insostenible para los Estados, lo que habrá hecho inevitable incrementar los ahorros previsionales de millones de trabajadores.

La igualdad en la edad de jubilación entre hombres y mujeres habrá sido posible gracias a la progresiva incorporación de las mujeres a la fuerza laboral, conseguida gracias a la masificación de las salas cuna y a los progresos en salud, que habrán hecho cada año más innecesarias las licencias médicas por enfermedad del hijo menor de un año... Claro que también se habrá dado otro fenómeno: la tecnología habrá permitido hacer muchísimo más efectiva la fiscalización de los abusos de las licencias médicas en general, lo que habrá reducido sustancialmente los costos de este factor y el consecuente castigo actual a las mujeres trabajadoras.
Todo ello se logrará a pesar del posnatal extendido legislado allá por el 2011, que por varios años habrá dificultado la incorporación de la mujer al trabajo, convirtiéndose en una de las políticas más dañinas para ese proceso en muchas décadas.



Y se logrará gracias (claro) a la tecnología, que habrá hecho posible en escala mucho mayor que hoy el trabajo de las mujeres (y también de los hombres) desde el hogar. En otras palabras, el tema de ir físicamente al trabajo será absolutamente secundario.
La buena noticia será que para entonces se estarán conociendo las primeras mediciones sobre los positivos efectos de la convivencia temprana madre-hijo en la salud infantil y en el desarrollo intelectual y afectivo de las nuevas generaciones.
Desde que en 2010 comenzaron las primeras señales de mejoramiento en la calidad de la educación, detectadas en una prueba SIMCE, así como vamos estaría llegando el día en que por fin los índices educacionales de Chile nos pondrán a la cabeza de América Latina y en niveles comparables a los de los países de Europa del Este e incluso algunos del sudeste asiático. Fundamental será que desde 2016 habrán estado egresando profesores mucho mejor calificados que los que egresan hoy de las universidades, gracias a que comenzaron a entrar con altos puntajes en la PSU en este mismo 2011. Nuevas exigencias de acreditación por varios años habrán llevado a las universidades líderes del país a potenciar con fuerza sus carreras de pedagogía, al costo (o beneficio) de que muchas se habrán visto obligadas a cerrar sus pésimos programas en esta área. Chile podrá decir que finalmente no está incorporando a malos profesores al sistema educativo, gracias también a que la prueba Inicia, obligatoria desde comienzos de la década anterior, habrá permitido seleccionar sólo a los bien calificados.
Otro fenómeno espectacular será el renovado crecimiento del sistema de educación pública gracias, en parte, a esas medidas... pero también a la gran reestructuración acordada en 2012, que habrá permitido constituir corporaciones educacionales bajo nuevos parámetros institucionales, de recursos y de gestión, a nivel comunal sólo en las comunas más poderosas, y a nivel multicomunal, provincial y regional. En lugar de 346 corporaciones comunales, se habrá pasado a mediados de la misma década a unas cuantas decenas de ellas, todas con capacidad para desarrollar ambiciosos proyectos educativos en un nuevo ambiente nacional, en medio del creciente prestigio de la profesión docente.
Estos avances serán fundamentales para el crecimiento futuro, porque todos los jóvenes chilenos tendrán oportunidades no iguales, pero sí comparables, de educarse a nivel superior. La masa de profesionales y técnicos hará de Chile un país competitivo para el desarrollo de las industrias del futuro, basadas curiosamente no tanto en el conocimiento en sí mismo como en la creatividad y en la aplicación de los conocimientos, que seguirán siendo más bien desarrollados en las naciones más avanzadas del mundo. Grandes corporaciones multinacionales  habrán instalado plantas y centros de desarrollo creativo en Chile, aprovechando estas ventajas.
A ello, por supuesto, ayudará en gran medida el clima de paz social, logrado en parte gracias a enormes avances en la seguridad pública. Se estarán completando ya varios años de la gran reforma penitenciaria que involucró la construcción de una docena de nuevas cárceles con mecanismos mixtos de gestión y administración, y habrá gran debate sobre qué sistema funciona mejor. Las empresas concesionarias llevarán años ya compitiendo por demostrar sus ventajas con indicadores objetivos. También en este caso, la tecnología más que las legislaciones, habrá permitido combatir el crimen. El costo: una pérdida casi absoluta de la privacidad en todos los lugares públicos, donde sistemas de cámaras de alta definición y monitoreo computarizado usando herramientas biométricas permitirá no sólo vigilar, sino identificar y hasta localizar (gracias a la georreferenciación) a los delincuentes. Las empresas de monitoreo de alarmas habrán quebrado y desaparecido luego de comprobarse una y otra vez su inutilidad, y hasta en las casas todos tendremos cámaras con programas biométricos para no sólo grabar, sino también identificar a ladrones y asaltantes.
Hará más de una década ya que el gran componente de la criminalidad, como es la población que debiera estar cumpliendo penas pero que hoy está en la calle sin ningún control, sí estará bajo absoluta vigilancia del sistema penal, gracias (otra vez) a tecnologías como la del brazalete electrónico y la geolocalización.
En la práctica, todos estos avances se habrán traducido, así como vamos, en una poderosa fuerza preventiva y disuasiva del crimen, al punto que no se verá lejano el día en que habrá que empezar a reducir y cerrar algunos recintos penitenciarios.
Pero la paz social se habrá conseguido también gracias al desarrollo con más equidad y con menos discriminación, así como con más participación democrática de todos los ciudadanos.
Sobre lo primero, hay que decir que después de todo habrá reconocimiento constitucional de los pueblos originarios, habrá matrimonio homosexual tras años de discusión y luego de haber pasado por la transición de los acuerdos de vida en común que finalmente se legislarán con otro nombre, y la población en general hará suya la causa del respeto a todos y cada uno, en su propia dignidad, sin pretender imponer a los demás los códigos individuales de moral. Ese respeto se habrá traducido ya desde años atrás en una reducción de las agresiones xenófobas, clasistas y de género.
Sobre la participación, llevaremos más de una década de razonables elecciones que habrán mantenido al país en el camino del crecimiento, con alternancia en el poder de conglomerados políticos moderados que en cada elección habrán apelado atinadamente al centro, y con concurrencia respetable de los ciudadanos a las urnas. Todos serán electores libres, automáticamente inscritos desde los 18 años, y habremos tenido elecciones con más y menos abstención, pero todas con más participación real y entusiasta que las que tuvimos hasta 2010. Muchos se sorprenderán al constatar que bajará notoriamente la proporción de votos nulos y blancos en cada proceso. En las elecciones será interesante seguir la tendencia dispar y a veces sorprendente que mostrarán las votaciones de los chilenos en el exterior, sin ninguna limitación u obligación de vínculo, luego que se comprendiera que todos tienen los mismos derechos, y que la patria debe permanecer con sus puertas y ventanas abiertas para todos los compatriotas, quieran o no (y puedan o no) volver a Chile. Esta comprensión habrá llegado después de mucho debate, pero luego de aprender que las grandes naciones siempre se mantuvieron abiertas y acogedoras con los suyos repartidos por el mundo, entendidos y reconocidos como embajadores del país y de su cultura en los cinco continentes.
Pero una vez más, la tecnología será clave en la participación. El viejo "fenómeno" de las redes sociales que se vivió cuando comenzaba la segunda década del siglo habrá dado lugar a la intercomunicación total. Todos los ciudadanos estarán en red, sin brecha digital, con acceso directo y gratuito a los servicios públicos, a las actividades productivas y los negocios. Por supuesto los notarios y los conservadores de bienes raíces serán lo mismo que hoy son para nosotros los serenos de la colonia. Ya nadie hará la diferencia entre redes fijas y móviles; todas serán lo mismo, y las distancias no implicarán ningún costo. Nuestros hijos y nietos estudiarán y harán postgrados en forma masiva en otros países, y se comunicarán gratis con nosotros.
Así como vamos, probablemente estará desapareciendo la televisión abierta por aire, superada arrolladoramente por la televisión a través de las redes y una variedad insospechada de servicios audiovisuales vía banda ancha masiva, basada en una malla capilar de fibra óptica "directo al hogar" en todas las viviendas del país, así como en las comunicaciones de alta eficiencia a través del espectro radioeléctrico.
Una de las mejores noticias será el mejoramiento del medio ambiente, gracias a las políticas de incentivos a las tecnologías limpias aplicadas desde 2012, con descuento total de IVA y todo otro impuesto a los vehículos eléctricos, beneficios un poco menores a los híbridos, la prohibición de la calefacción a leña en todo el país, la implementación masiva de transporte público a gas natural y sobre todo la generación eléctrica verde, incluyendo las hidroeléctricas bajo estándares que nunca antes habrá conocido el país. HidroAysén finalmente llevará ya algunos años de operación en régimen, luego de aceptar y financiar un aumento sustantivo de las medidas de mitigación y compensación social en favor de  la Región de Aysén y de todo el país.
Enormes extensiones dedicadas a aerogeneradores eólicos y a plantas solares estarán abasteciendo ya (y a precios competitivos gracias al avance de las tecnologías) nuestras necesidades de energía, al punto que habrá encendidas polémicas sobre la contaminación visual de los parques eólicos y solares en nuestras costas y en el desierto. Los ambientalistas más extremos (aquellos que no irán de vacaciones a sus casas de veraneo en las riberas de los nuevos lagos de la Patagonia) se habrán convertido en una suerte de nuevos Quijotes enfrentados a los molinos de viento del futuro.
Pero tanto o más importante que eso será una noticia difícil de asumir para Chile: La desaceleración del crecimiento de China y otras economías emergentes de hoy habrá provocado desde mediados de la década anterior un sostenido bajón del precio del cobre y la paulatina reducción de la industria minera en el norte. Las nuevas exigencias ambientales habrán hecho inviables los nuevos proyectos termoeléctricos, lo que también golpeará a la minería debido al consecuente incremento de sus costos. Y tanto en éste como en otros rubros, los exportadores llevarán años exigiendo acceso a energías limpias, para que sus productos sean aprobados en los grandes mercados internacionales. Esta nueva realidad habrá obligado al cierre de numerosas plantas a diesel y carbón, a una reducción del "peso" de las mineras en la producción nacional y en la demanda energética, y un consecuente alivio para nuestra matriz, lo que finalmente hará que esta noticia "difícil de asumir" porque implicará crisis productivas, laborales y sociales en el norte, será una buena noticia para el país en su conjunto.
Así como vamos, quizás (y sólo quizás) podría llegar el día en que tengamos un ingreso por habitante de 25 mil dólares. Pero eso no será ni de lejos lo más importante. Puede ser que el ingreso incluso supere los 30 mil dólares. Tal vez (y sólo tal vez) eso coincidirá con que seremos de verdad un pueblo desarrollado.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

jaja sueña...ultimos estudios dicen que la espectativa de vida se esta reduciendo por la mala calidad de vida, me hiciste acordar cuando frei dijo que el 2010 estariamos tan desarrollados como españa...otro iluso

Anónimo dijo...

The Spirit Level, lea The Spirit Level mi estimado

Bruno dijo...

Leí un libro parecido, "Utopia" creo era su nombre

¿Sabes cúal es el problema de los sueños? Es que los proyectamos, porque estamos casi absolutamente seguros de que jamás ocurriran.

Anónimo dijo...

Excelente....si no soñamos, qué queda...además, Chile tiene capacidad (y recursos...económicos y humanos), para lograr todo esto y más... aunque, por otro lado, la clase política no da señales de entender cuáles son las reales preocupaciones de la gente, lo que necesita para "vivir mejor", y muchos siguen pegados en cómo pegar canillazos a los rivales de turno..

Anónimo dijo...

VIA TWITTER:
@mauriciohofmann me gustó el optimismo expuesto con tanta negatividad que se escucha hoy respecto al futuro.
@aFerrerAllu

Anónimo dijo...

VIA TWITTER:
@mauriciohofmann A proposito de la polar y un mundo mejor:Nudging the world toward smarter public policy: Richard Thaler bit.ly/kq3rUh
@abopolosur