jueves, 9 de junio de 2011

¿Indignados o contenidos?

Llenan los espacios de los medios. Despiertan una inquietante fascinación, los indignados. Generan perplejidad en los círculos del poder. Los sociólogos están de fiesta con el nuevo fenómeno. Se llenan la boca los políticos, tratando de aparentar que son receptivos a las demandas de los indignados.
Están en la Puerta del Sol de Madrid, aunque empiezan a mostrar signos de cansancio por estos días. Han vuelto en semanas recientes a la plaza Tahrir de El Cairo. Aparecen ahora en la plaza Taksim de Estambul. Adivinamos que luchan sin resultados por emerger en Beijing.
Los vemos mucho más cerca, en la Alameda de Santiago. Los vimos el 21 de mayo en Valparaíso.
Se ponen de acuerdo en Facebook y Twitter. En el norte de Africa, en el Medio Oriente, en la Península Ibérica y en la capital y las regiones de Chile.
Son “los nuevos ciudadanos”, los del siglo 21. Tienen voz propia. Los que en un país como éste rechazan casi por igual, y por mayoría absoluta, al gobierno y a la Concertación. “¡Que se vayan todos!”, gritan. Indignados.
¿Alguien pone atención a los contenidos? No hablamos de lo que contienen los lienzos y las demandas de los indignados. Hablamos de los sujetos contenidos, los ciudadanos contenidos, los trabajadores y estudiantes contenidos, los adultos mayores y los jefes de hogar contenidos.
Cabe temer (o celebrar) que son muchos más que los indignados.


Falta una radiografía confiable de los indignados. Pero también falta que tengamos noción de cómo son, qué piensan y qué quieren los contenidos.
De los primeros hay algunos rasgos que parecen reiterados y serían reconocidos: no están conformes con el estado de las cosas; se movilizan por causas nuevas como la del medio ambiente, que han reemplazado a las viejas ideologías; son mayoritariamente jóvenes y adultos jóvenes; son instruidos y pertenecen sobre todo a grupos socioeconómicamente medios; no quieren nada con los partidos políticos …
Otros los califican también de “desencantados”, pero habría que preguntarse  hasta qué punto estuvieron encantados con algo alguna vez. Muchos no fueron nunca partícipes entusiastas de la democracia. Por juventud o “desencanto de origen” (lo que podría encerrar, hay que admitirlo, una contradicción).
De los contenidos se sabe menos, porque (ya está dicho) son muchos más; por lo mismo son más diversos y, atención, también más complejos.
La indignación puede manifestarse contra muchas cosas, y allí está la mayor riqueza de cualquier grupo de indignados. Pero, como toda emoción, es más bien simple. Lo evidencia en el fenómeno de los indignados, la escasez de matices en los mensajes que suscriben, la aversión mayoritaria al debate complejo que admita claroscuros, y la adhesión fácil a las consignas.
La contención, en cambio, puede encerrar una complejidad mayor. Caben millones de cosas allí. Desde que es contención y no expresión, resulta mucho más difícil describirla, diagnosticarla y prever su evolución.
Puede haber entre los contenidos, por ejemplo, muchos auténticos indignados… contenidos. ¿Lo estarán contra qué? ¿Serán sus causas las mismas que movilizan a las multitudes que salen a la calle? ¿Serán otras muy distintas? ¿Habrá indignados-contenidos cuya indignación es contra los indignados-manifiestos?
Porque los contenidos son menos visibles: no salen a protestar a la calle, no usan las redes sociales, no escriben comentarios en los blogs ni cartas al director del diario. Trabajan, estudian, tienen probablemente menos tiempo libre que los indignados… pero ahí están.
No son los 100 mil ni los 200 mil ni los 500 mil, si quieren ustedes, que se han repetido en las marchas y concentraciones callejeras multitudinarias de este par de meses.
Se cuentan por millones.
Hay contenidos de todas las edades: adultos mayores, adultos maduros, adultos de mediana edad, adultos jóvenes, jóvenes... Están en todos los grupos socioeconómicos. Contra las caricaturas que suelen hacerse de ciertos grupos, son en su mayoría ciudadanos sensatos, conscientes y honestos. Diríamos que, por definición, están más bien en los sectores intermedios de todos los espectros de pensamiento. Si estuvieran más cerca de los extremos se habrían manifestado. Serían indignados.
Debe haber muchos contenidos que a ratos se indignan también. Así como habrá indignados que por momentos se contienen. Entre unos y otros habrá quienes se han cambiado de grupo. Algunos se lo estarán planteando: la realidad es dinámica, los temas cambian, las cosas se aclaran o se enredan más…
Al menos en la misma proporción que los indignados y que todos los demás, los contenidos votan. Y suman más que los otros. Van a pesar más en las próximas municipales. Y en las subsiguientes elecciones.
No pidamos a los líderes que tengan claro qué decir y cómo hablar a los contenidos. Falta para eso. Por ahora, esperemos que tomen conciencia de que ahí están.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

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@mauriciohofmann Buena reflexion: Interesante mirada sobre "Los Contenidos", pero no seran "indiganos" tabn ellos pero "silenciosos"¿?
@yankypdc

Mauricio Hofmann dijo...

@yankypdc, tal como te contesté en Twitter, esty de acuerdo. Puede haber indignados que se contienen y los consideraríamos contenidos. Pero entonces no aparacen como indignados. Estos últimos son los manifiestos. Esa manifestación abierta, pública, movilizada, sería lo que los define. Son parte de un fenómeno nuevo, sin duda. Quizás ya están provocando grandes cambios (en el mundo árabe, por ejemplo). Pero mi tesis es que los contenidos son más. Y no se manifiestan de manera tan visible, pero están ahí y votan. En Egipto los indignados cortaron con el pasado. Pero probablemente serán los contenidos los que van a definir el futuro.

Anónimo dijo...

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@mauriciohofmann Que buen blog Mauricio! Felicitaciones y saludos para ti!
@Jpablito

Anónimo dijo...

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RT @mauriciohofmann: Indignados o contenidos... y quiénes son más. Comparto una mirada en mi blog: http://bit.ly/hoCHQN / Interesantísimo!
@elchascas

Anónimo dijo...

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@mauriciohofmann buen articulo! Estuve recordando en mis tuits recientes Informe PNUD 2000 que ya advertía esto bit.ly/mxDMjH
@jorqueradechile

Anónimo dijo...

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@mauriciohofmann En relación a los indignados, se me imagina (bien o mal) que es como la esfervecencia de fines de los 60s. ¿Es comparable?
@FabianRosales

Anónimo dijo...

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@mauriciohofmann definitivamente, lo que imprtante, contenidos o no, es que a traves del voto logren una diferencia, yo creo que si lo haran
@patagonaprogre

Anónimo dijo...

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@mauriciohofmann me considero parte de los contenidos. Definitivamente somos más.
@leobustav