La única reunión de este miércoles, con la coalición oficialista |
El movimiento acumula semanas y semanas de marchas y tomas, declaraciones y reuniones; de encuentros, desencuentros y nuevos encuentros con los rectores; de cambios ministeriales, provocaciones mutuas y desaires en todas las direcciones. Hace ya algún tiempo, algunos de sus propios líderes empezaron a reconocer el desgaste de las movilizaciones, lo que llevaba a anticipar su pronto término. Desde hace dos jueves ya, no hay marchas por la Alameda, luego que la última congregara sólo a una fracción de su record de semanas atrás.
Mientras decenas de estudiantes suman días en huelga de hambre, algunas organizaciones de estudiantes universitarios comienzan a deponer su protesta y vuelven a clases. Los tribunales ya tramitan recursos por la inminente pérdida de años escolares y académicos.
Y cuando, a partir de eso, muchos podían estar apostando ya, con razón aparente, al pronto final... ahí emerge de nuevo el poderío de la movilización, torciendo las voluntades de quienes están en el poder; doblegando al gobierno y pauteando a la oposición.
Los máximos dirigentes políticos del país (presidentes de partidos, jefes de bancadas, ministros sectoriales y de los otros, y hasta el Presidente de la República) están bailando al ritmo de Camila Vallejo, Giorgio Jackson y Jaime Gajardo, por personificarlo en los más visibles de los líderes.