martes, 14 de mayo de 2019

El INE y los datos


La “manipulación” de datos del IPC vuelve a “encender alarmas”. ¡Ya estamos sordos de tantas alarmas! #ElADNdelDía



La noticia de una posible manipulación de datos en el cálculo del IPC que hizo el Instituto Nacional de Estadísticas, encendió nuevas alarmas cuando ya creíamos que lo habíamos visto todo, y cuando las alarmas están sonando por todos lados. 
Ya estamos sordos de tantas alarmas.
Una encuesta difundida el fin de semana que 8 de cada 10 chilenos desconfían de las instituciones.
A los políticos que financiaban campañas o bolsillos con aportes de empresas que obviamente pagaban por algo y aprovechaban de  defraudar al Estado; a un Congreso en el suelo de la imagen pública; al “milicogate” del Ejército y al “pacogate” de Carabineros, además indagado hasta por falsificar pruebas; a un Servicio de Impuestos Internos cuestionado porque nunca más se querelló en casos de corrupción evidente; a los jueces de O’Higgins investigados por graves delitos; a los fiscales que se acusan mutuamente de violar la ley… Para qué hablar de una Iglesia que por años encubrió a criminales sexuales… 
A todo eso se suman ahora nuevas dudas sobre un organismo que, años ha, era reconocido por su seriedad: el INE. 
Su reputación se derrumbó con “el mejor censo de la historia”, y ese daño creció cuando tuvo que admitir que sus estadísticas de empleo no estaban midiendo bien lo que tenían que medir. 
El efecto directo del 0,1 por ciento en que pudo ser alterada la variación del IPC un par de meses, es cosa seria, pero no lo más grave. 
Lo peor es que ahora pongamos en duda los datos, y no sólo los de precios. Todos los datos que procesa el INE y los que emanan de otros organismos del Estado. 
¿Cómo se definen así las políticas públicas? ¿Cómo se debaten proyectos de ley, cómo discutimos los temas en los medios? ¿Qué argumentos acogemos y cuáles descartamos, si tenemos dudas sobre los datos en que esos argumentos descansan?
No hemos tomado el peso a lo que esto significa, lo que hace urgente esclarecer qué pasó aquí y pasar de esta denuncia tan incipiente en un momento tan preliminar de la investigación, a resultados concluyentes. 
Y también hace urgente reformar el INE, convirtiéndolo en un organismo autónomo, separado de los tiempos de los gobiernos de turno, altamente digitalizado, y con los más elevados estándares a nivel internacional.
Se suele decir que en los debates de todo tipo cada uno puede tener sus propios argumentos, pero no sus propios datos. 
Bueno; el organismo que por definición alimenta de datos los debates y las políticas en Chile, es el INE.

martes, 7 de mayo de 2019

Alzas a la orden del día

El alza de la luz se suma a los aumentos de precios de los peajes, la locomoción colectiva, los útiles en marzo, los planes de isapres, los combustibles... El difícil año para los bolsillos en #ElADNdelDía


La fuerte alza que viene en las cuentas de la luz es sólo la última de una serie de otros aumentos de precios importantes para los bolsillos de los chilenos, que se han producido uno tras otro este año.
Partimos con el reajuste de los peajes en enero, como siempre muy por encima de la variación del IPC. Sólo los peajes urbanos en el Gran Santiago subieron en 6,4 por ciento como promedio al comenzar 2019.
La buena noticia del mismo enero, como fue la inauguración de la Línea 3 del Metro, fue opacada pocos días después por el alza de 20 pesos en los pasajes del Transantiago. El Metro llegó a los 800 pesos en hora punta.
En marzo, los gastos escolares subieron como promedio en 4,5 por ciento, ocho veces más que la variación del IPC en ese mismo mes, que fue de 0,5 por ciento. 
Hace pocas semanas, cinco isapres anunciaron fuertes aumentos en los precios de sus planes, de 5,1 por ciento real, a pesar de que esos planes ya están expresados en UF y suben de valor todos los días. Es la mayor variación en 13 años.
Los combustibles están completando diez semanas seguidas de alzas, a un ritmo de casi seis pesos por litro a la semana para las bencinas. En el período de más consumo para calefacción, también la parafina y el gas licuado han venido subiendo.
Es verdad que el alza de la luz no tiene nada que ver con los famosos medidores inteligentes, y obedece principalmente a los costos de la generación de energía. Y esos costos, cuando se firmaron los contratos con las generadoras, en 2014, respondían a la matriz energética de ese momento: la mitad, formada por centrales térmicas alimentadas con gas natural, carbón o petróleo importado. Por eso, es relevante el factor dólar. 
Por último, sí, se espera una fuerte baja de las cuentas de la luz después de 2021, porque han entrado con fuerza las energías alternativas.
Pero todo lo anterior se explica tarde, mal y nunca. 
El gobierno parece no asumir que hay una desconfianza extendida en la gente; que se sospecha de letra chica en todo lo que se anuncia; que especialmente lo que afecta el bienestar de las familias exige explicaciones claras, completas y a tiempo. Que hay una oposición lista para lanzarse con todo en cada oportunidad que se le abre, y que además es mayoría en el Congreso.
Esto supera con mucho las responsabilidades de las autoridades sectoriales, que también las tienen.
Queda claro más bien que hay un alarmante déficit político.