martes, 11 de septiembre de 2018

45 años después

45 años después, los que estamos hoy, bien podríamos inspirarnos en la lucha de las víctimas de la dictadura, para defender los derechos humanos que HOY son vulnerados





La memoria de la catástrofe que sufrió Chile a partir del Golpe de Estado de 1973 ha llevado a todos los líderes y ciudadanos de buena voluntad a repetir, desde que el país recuperó la democracia, “nunca más”.
Todas las iniciativas pro verdad y justicia han proclamado ese objetivo: para que no se repita, para que nunca más.
La verdad todavía no está completa, y tampoco la justicia.
Pero hay más verdad y más justicia hoy que en 2013, cuando conmemorábamos los 40 años; mucha más que en 2003, cuando se cumplían 30.
Se ha avanzado a punta del trabajo incansable de los que no se han sentido nunca vencidos, aunque molesten a los resignados o a los que tantas veces quisiéramos resignarnos; aunque una y otra vez perturben eso que se llama “la agenda” y se conviertan en esa conciencia que no querríamos escuchar, porque devela lo peor que hemos sido como país.
Gracias a ellos se ha avanzado y ese avance no se va a detener.
Pero por lo mismo, los que estamos hoy activos, los que queremos creernos vigentes, los que podemos alzar alguna voz, tenemos que sumarnos a la defensa de los derechos humanos que hoy son vulnerados: los de los niños y adolescentes basureados por la exclusión; los de los presos hacinados en nuestras cárceles; los de los viejos que se matan de soledad; los de los inmigrantes denigrados.
Esos derechos humanos son violados hoy, a esta hora.
Muchos de ellos, por el Estado.
Unos podremos ver en la lucha por la justicia para las víctimas de la  dictadura, una potente inspiración.
Otros podrán tener motivaciones distintas.
Más allá de las diferencias, también asumiendo ESE empeño, el “nunca más” va a cobrar el más verdadero de los sentidos. www.adn.cl

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