viernes, 16 de octubre de 2020

¿Cambió Chile?


Hace un año vivíamos horas inciertas, aciagas pero expectantes, que nunca habríamos imaginado que íbamos a vivir. 

Eso vale para los que estábamos en la pega de informar y analizar, y también para los que fueron protagonistas en la calle, en cualquiera de las veredas, de los sentidos del tránsito y de las trincheras. Frente a las lacrimógenas y los perdigones, o frente a las piedras y las bombas incendiarias.

Las pensiones miserables, los bajos sueldos, las deudas impagables de las familias, las alzas de precios de productos de consumo diario, los reajustes de las tarifas de los servicios básicos, las del transporte… estaban en el centro de las angustias y las demandas de muchos.

El gobierno, con una irregular secuencia de anuncios reactivos y siempre parciales, y una clase política transversalmente desconcertada, que todavía no sale de su estupor y a veces de su extravío, no dieron, ni han dado todavía, respuesta a esas quejas extendidas y a esas aspiraciones compartidas. 

De un año a esta parte, lo que sí tenemos es un itinerario de cambio institucional, en buena hora ya dibujado, pero al mismo tiempo una gigantesca agenda pendiente, de avances efectivos, que de verdad puedan cambiar la realidad a tanta gente que era eso lo que esperaba.

Todo lo contrario: La violencia sin precedentes que estalló también en ese octubre, produjo un daño inmediato en las vidas y en el sustento de muchos.

Peor aún: la pandemia, las cuarentenas interminables, la paralización de la economía, el desempleo disparado, nos tienen hoy peor que el 18 de octubre del año pasado. 

Chile es hoy más pobre y más desigual, y tiene un futuro más incierto. El Estado perdió sus ahorros, tiene un déficit inédito en décadas y enfrenta una deuda que nadie pensaba que este país iba a tener. 

Millones de chilenos también perdieron parte de los únicos ahorros que tenían, y las pensiones, diez por ciento mediante, ya son hoy más malas que un año atrás.

El inicio del camino constituyente está a la vuelta de la esquina, pero el itinerario económico y social, el nuevo pacto que tantos creímos ver que se esbozaba hace un año, sigue siendo un espejismo.

En muchos sentidos Chile cambió. Pero de ninguna manera ha cambiado todo lo que tiene que cambiar.


No hay comentarios: