miércoles, 27 de julio de 2011

La lección de la Confech

La única reunión de este miércoles, con la coalición oficialista
Este miércoles 27 de julio quedará marcado como el día en que la Confech dio una lección de liderazgo político.
El movimiento acumula semanas y semanas de marchas y tomas, declaraciones y reuniones; de encuentros, desencuentros y nuevos encuentros con los rectores; de cambios ministeriales, provocaciones mutuas y desaires en todas las direcciones. Hace ya algún tiempo, algunos de sus propios líderes empezaron a reconocer el desgaste de las movilizaciones, lo que llevaba a anticipar su pronto término. Desde hace dos jueves ya, no hay marchas por la Alameda, luego que la última congregara sólo a una fracción de su record de semanas atrás.
Mientras decenas de estudiantes suman días en huelga de hambre, algunas organizaciones de estudiantes universitarios comienzan a deponer su protesta y vuelven a clases. Los tribunales ya tramitan recursos por la inminente pérdida de años escolares y académicos.
Y cuando, a partir de eso, muchos podían estar apostando ya, con razón aparente, al pronto final... ahí emerge de nuevo el poderío de la movilización, torciendo las voluntades de quienes están en el poder; doblegando al gobierno y pauteando a la oposición.


Los máximos dirigentes políticos del país (presidentes de partidos, jefes de bancadas, ministros sectoriales y de los otros, y hasta el Presidente de la República) están bailando al ritmo de Camila Vallejo, Giorgio Jackson y Jaime Gajardo, por personificarlo en los más visibles de los líderes.

En tiempos de descrédito de la política, de dura desaprobación al gobierno, de furioso rechazo a la Concertación y de menosprecio mayoritario a las dos cámaras del Congreso, son los dirigentes de la movilización estudiantil quienes están dando lecciones de voluntad y manejo políticos, dominio de las comunicaciones y liderazgo social.
Tienen "comiendo en su mano" a los que suponíamos depositarios del mandato ciudadano y representantes del electorado. Los mismos a quienes solemos llamar "las autoridades".

Revisar las secuencias de hechos lleva casi a la risa. Sólo este martes, el ministro de Educación cerraba la puerta a un diálogo amplio, simultáneo con las distintas organizaciones movilizadas. Un día después, fruto de la evidente presión, sí los convoca a todos juntos. Sólo este martes, el presidente invitaba a todos los presidentes de partido a una gran cita en La Moneda, "a primera hora". Entre gallos y medianoche, la convocatoria varía a una agenda sustantivamente "menos fotogénica" de reuniones separadas con los timoneles de cada coalición o colectividad.
¿Que no había llegado un poderoso y expertísimo "team" de verdaderos tanques políticos al gabinete? 
Ya, y... ¿dónde están?
Sólo este martes, la Concertación pedía audiencia presidencial. Cuando La Moneda le abría sus puertas, sus dirigentes dejaban "plantado" al presidente el miércoles. Un día, la consigna concertacionista era llevar su propia carpeta de propuestas. Al día siguiente, ya no es así: acaban de recibir la propuesta de los estudiantes.
Como fenómeno de iniciativa política es notable, con rasgos que incluso justifican el asombro y la admiración.
Como realidad con alcances futuros, puede ser inquietante.
Los movilizados no necesariamente son la mayoría. Como dijimos en posteos anteriores, una cosa son los indignados que invaden las calles y copan la atención de los medios, y otra diferente y quizás mucho mayor son los ciudadanos "contenidos", que podrán hasta compartir al menos parte de las demandas de quienes se movilizan, pero que por alguna razón no se hacen visibles.
Parece otro rasgo de la crisis de las democracias representativas, que despierta entre demasiados inconscientes la clásica tentación de abrir paso a las llamadas democracias sociales o populares, en que los grupos organizados dominan por sobre los ciudadanos individuales; quienes tienen capacidad de presión imponen sus demandas pasando por encima de los trabajadores, consumidores y electores anónimos; y donde el poder gremial desbalancea todo el equilibrio que en una democracia normal se establece cada vez que cada uno vale y "pesa" lo mismo que cada uno de todos los demás, en esos días emocionantes en que los ciudadanos votan.
No nos confundamos: Una cosa es la maravilla de congregar voluntades detrás de una causa valiosa asentada en valores incuestionables, y movilizar multitudes persiguiendo objetivos compartidos... y otra distinta es  que en democracia, quienes deben responder a todos los ciudadanos cuidando la convivencia, preservando la paz social y legislando con racionalidad, se "entreguen" alegremente a las demandas de un sector, sin preguntarse siquiera qué es razonable y qué no lo es; cómo lo han hecho quienes van más adelante que nosotros; cuánto cuestan las soluciones y cómo las financiamos entre todos.
Como van las cosas, los "votados" siguen "botando" la confianza que pusieron en ellos las mayorías que los eligieron.

9 comentarios:

andres dijo...

Me parece que acertadisima su columna, Ahora a esperar que los actores POLiticos no se suban al carro de la victoria Como grandes Gestores de un Cambio educacional, Lo ha logrado el alumno que marcho y hasta el que en huelga de hambre se encuentra hoy dia.- Espero por el bien de este mi pais se logre un buen trabajo en conjunto , donde prolifere el Bien comun por sobre los Intereses politicos.

Por Ultimo se Puede preguntar hoy dia quien o quienes Nos gobernaran en un tiempo mas ?
Asi como Nuestros HONORABles NO saben hacer su trabajo , de que representatividad hablamos

@RodgoMarin dijo...

@mauriciohofmann La leccion es lo que hace la unidad por un fin comun, pero la ultima palabra no esta dicha

@jaime_levineri dijo...

@mauriciohofmann TODA la razón... pareciera que hoy en día el único referente de oposición REAL es la CONFECH... bien por los ESTUDIANTES

@jivicentea dijo...

@mauriciohofmann si los doblega es porque son solo políticos (o politiqueros), y no líderes...

@belindavilches dijo...

@mauriciohofmann dice que lo publicaste tu ,pro lo escribiste también? ah!! y no estoy deacuerdo,muy parcial,respalda la falta de respeto

@bigboss_64 dijo...

@mauriciohofmann @josedediego buen articulo! Aunque falta repasar la falta de la autoridad por ejercer autoridad! goo.gl/JRt9X

@Agmontenegro dijo...

@mauriciohofmann Toda la razón, el mando oficial desapareció y nos quedamos bajo la dirección irresponsable de los neoeducadores

Cristian Fredes dijo...

Es curioso como una situación normal y aceptada y por lo mismo no cuestionada (excepto por las siempre iluminadas “elites” claro está) de pronto deja de serlo y se convierte en extraña y nos ponemos a pensar cómo es que convivimos tanto tiempo con dicha realidad.
No olvidemos que hubo un tiempo cuando todos mirábamos con normalidad como las parejas “llenas” de amor acudían a un juez a confesar que su matrimonio no era valido ya que habían cometido un error garrafal con la dirección de sus domicilios y habían eligido un registro civil que no era el correcto y que muy a pesar de ellos debían anular su matrimonio…..
Por lo mismo, independientemente de cómo termine este conflicto ya es un logro obtenido por los estudiantes el que la sociedad comience a no aceptar más como normal un modelo educativo que después de 12 años deja a muchos jóvenes pateando piedras…
También hoy miramos como normal que un “menor” de 17 años puede entrar en una casa, amarrar a los hijos de la familia, violar a la madre embarazada y quedar libre por dicho “joven” no sabía que eso que hacía era malo. Acaso es necesario que todos los vecinos honestos salgan todos los jueves a protestar para que esa situación nos parezca anormal?
Con que estamos conviviendo hoy que nos parecerá muy anormal mañana?

@CFredes

Othon2005 dijo...

Es un muy buen análisis que se hace, yo solo agregaría que la misma clase política es la gran "culpable" del poder de la organización estudiantil, la poca representatividad ciudadana producto de una constitución que casi obscenamente necesita exagerados quorums para ser modificada, que solo permite plebiscitos si hay discrepancias entre el casi el 80% del congreso y el presidente, hace muy difícil realizar cambios mas que necesarios en nuestra sociedad, y si sumamos que la misma clase política se auto-deslegitima al nombrar como miembros del parlamento a personas que no han ganado ninguna elección .(peor aun las han perdido) de espalda a sus propios partidarios, junto al poder de las redes sociales, solo dan ganas de decir junten agua