miércoles, 28 de agosto de 2019

Cuadrando el círculo

Bajar el impuesto a las empresas, subírselo a los más ricos, "chao" reintegración total... 

Una idea que empieza a dar vueltas para "cuadrar el círculo" en los debates sobre régimen tributario, pensiones y jornada laboral. 

#ElADNdelDía




El presidente de la comisión de Hacienda del Senado se abrió esta semana en ADN HOY a bajar el impuesto a las empresas, para estimular la inversión de una manera mucho más directa que por la vía de la famosa “reintegración tributaria”, esa que permitiría a los dueños y socios de las empresas, descontar de sus impuestos personales lo que hayan pagado esas sociedades.

¡Bajar el impuesto a las empresas! 

¿Qué lógica puede tener eso?

Hay una lógica que está dando vueltas:

En lo práctico y más inmediato, podría ser una fórmula que evite reintegrar totalmente el sistema de impuestos. El Ejecutivo y los diputados que apoyaron su proyecto en la Cámara, alegan que la reintegración sería una gran ayuda a las PYMES. Aunque sea cierto, es también un tremendo beneficio a los más ricos. 

Bajar el impuesto corporativo podría ser entonces una moneda de cambio para que la reforma avance en el Senado. En una de ésas, incluyendo un aumento del impuesto a la renta de los más ricos, que bajó en la reforma tributaria de Bachelet cuando el tema fue también una moneda de cambio a la inversa.

Avanzar en una idea como ésta supone convencer a algunos de una verdad extrañamente incómoda a estas alturas de la historia: las empresas no sólo son sus dueños; son también sus trabajadores. 

Empresas pagando un poco menos de impuesto a la renta sí que tendrían los incentivos para invertir, crecer, ampliarse y contratar gente; las extranjeras para venirse a Chile; las que no han sido creadas para empezar a existir, favoreciendo directamente el empleo, a los trabajadores, y sus salarios.

Pero hay otra moneda de cambio: una salida como ésa permitiría forzar a esas mismas empresas a que apuren el tranco en el aumento de la cotización adicional para las pensiones, para que esas pensiones no mejoren en 40 años más, sino mucho antes.

Sabemos que hay apertura para sumar varias décimas más a la cotización adicional, que podría acercarse incluso al 5 por ciento del sueldo. 

Ese inevitable mayor costo laboral podría ser mucho mejor absorbido por los empleadores si no tienen que pagar un impuesto tan alto, e incluso, ojo, haría menos costosa la reducción de la jornada laboral.

Claro: a todo esto hay que ponerle números. 

Pero para eso son los expertos, y también ahí están los modelos: casi todos los países de la OCDE tienen impuestos a las personas más altos que nosotros; tributos a las empresas más bajos que Chile; y contribuciones mucho más altas para las pensiones.

miércoles, 21 de agosto de 2019

Política "de alto vuelo"

La Moneda y el PS, "agarrados del moño" con efectos en toda la acción del gobierno y la oposición. 
Mientras el mundo y el país enfrentan amenazas históricas, ellos se dedican a "la política de alto vuelo"... 
#ElADNdelDía




Una “perla” de la semana ha sido la pelea entre La Moneda y el Partido Socialista por la acusación al voleo que se mandó la ministra vocera contra los vínculos del PS con el narcotráfico. 

Los socialistas endurecen su amenaza de acusación constitucional contra la ministra de Educación y consigue apoyos en la oposición; el presidente respalda a su vocera; el Frente Amplio le cobra una cuenta al PS por no avisarle antes… Los subsecretarios tienen prohibida la entrada a las oficinas y salas del Congreso.

Política de alto vuelo, como ustedes pueden ver.

El Partido Socialista tiene efectivamente un problema serio por las relaciones turbias de algún estamento de la colectividad con el negocio de la droga a nivel comunal, que todavía no se termina de aclarar. No está para andar rasgando vestiduras. 

El gobierno carga con la frustración de expectativas hasta de sus partidarios, enfrenta una adversidad mayoritaria en el Congreso, tiene que poner cara al gol de media cancha de las 40 horas… Tampoco está para andar juzgando a la oposición, cuyos votos además necesita.

Pero en eso están, unos y otros, mientras las últimas cuentas del Banco Central muestran el pobre desempeño de la economía; se suman cada día más y más correcciones a la baja en las proyecciones de crecimiento para el año; avanzan reformas que traen puros costos laborales, innegables desincentivos al trabajo y la seria amenaza de un estancamiento de los ingresos de la gente…

En eso están gobierno y oposición, mientas nadie es capaz de resolver la violencia en el liceo que antes fuera el más reconocido de la república… problema que a su vez deja en evidencia la pérdida de foco en educación, porque debiéramos estar hablando de calidad de los colegios, de reforma curricular, de la reintegración de los niños y jóvenes que están fuera del sistema.

En eso están, gobierno y oposición, cuando nos acercamos al final de este agosto y casi no ha caído una gota de agua en toda la zona central de Chile; cuando los agricultores de siete regiones entran en la angustia de una sequía sin precedentes; cuando las noticias del mundo nos hablan de una crisis global y del mes más caluroso de la historia; cuando la guerra comercial arrecia, amenazando con una recesión mundial que, si se produce, nos va a tener a todos mordiendo el polvo; cuando nuestros vecinos están en una crisis profunda que es un riesgo de inestabilidad regional.

En eso están, gobierno y oposición, seguramente pensando que todos esos son problemas tan grandes, que tendrán que arreglarse solos, no más…

¡Bienvenidos, argentinos!

¿Se vienen ahora los argentinos? ¿Podrá la crisis al otro lado de la cordillera provocar una nueva ola migratoria hacia Chile? 
#ElADNdelDía



Argentina enfrenta una nueva crisis de carácter terminal, recrudecida después de las extrañísimas elecciones primarias del domingo, donde no se eligieron candidatos: se pre-eligió presidente.

Pareciera que solo una guerra nuclear podría alterar lo que hoy parece una inevitable victoria del peronismo en octubre.

Y tal como dijo el presidente Macri, la economía internacional, los agentes de los mercados, los inversionistas o como quiera usted llamar a quienes dirigen el mundo, no confían en la dupla Fernández-Fernández. 

Pero Macri tiene que enfrentar también su gran fracaso, al no haber sido capaz de sanear el desastre financiero, fiscal, productivo, comercial y social que dejó la era Kirchner. 

En algunas variables, Macri incluso empeoró las cosas. 
Los análisis políticos y técnicos están ahí; la historia recién se está escribiendo.

¿Qué viene? Nadie puede anticiparlo. Para Chile, en una de ésas, ¡lo que viene son los argentinos! 

Chile es el tercer país del mundo con más argentinos después de Estados Unidos y España, estamos al lado, y ya hemos sido refugio  para ellos en tiempos de crisis, como ocurrió con la de 2001.

Los 75 mil argentinos que están viviendo en Chile, según las cifras del INE que conocíamos hace unos días, probablemente van a ser hartos más en algún tiempo, si las cosas no mejoran al otro lado de la cordillera.

Aparecemos como el destino más apetecible de la región, sobre todo después que en Brasil, Bolsonaro dijo esta misma semana que no quiere recibir una ola migratoria argentina. Y Si nuestros vecinos no son bien recibidos en Brasil, con mayor razón van a mirar para acá. 

Y ojo, que también se nos vienen los chilenos. Argentina es a su vez el principal país de destino de los compatriotas que han emigrado hacia afuera, y tal como ocurrió con los chilenos que se habían ido a Venezuela, posiblemente muchos se devuelvan.

A propósito, sumemos entonces a los 70.000 venezolanos que llegaron a Argentina buscándose la vida. Una parte de ellos puede estar pensando ya que hay mejor vida a este lado de la cordillera.

Un bonito desafío se nos empieza a dibujar.

martes, 6 de agosto de 2019

Tiempos inciertos y vacío político

Decepciona el IMACEC, arde la guerra comercial, tiemblan los mercados, sube la luz...
El presidente vuelve a anunciar "tiempos mejores", pero ninguna fuerza política "atina", combinando crecimiento y mejor Estado. 
#ElADNdelDía



La semana empezó con un lunes negro: mientras nos contaban que la actividad económica apenas creció en un decepcionante 1,7 por ciento en el primer semestre, los mercados de todo el mundo temblaban, y siguen temblando, por la guerra comercial: China devalúa su moneda, las bolsas se desploman, el cobre y (menos mal) el petróleo, también caen, el dólar se dispara… 

Y para más remate, junto con todo eso, se confirma en Chile el alza de las cuentas de la luz.

Primera reflexión: buena parte de nuestros destinos está en manos de los líderes más poderosos del mundo, que a ratos parecen también los más peligrosos del mundo. 

Decisiones individuales de ellos remecen mercados y economías, y con eso las vidas reales de miles de millones de seres humanos.

Una segunda reflexión nos hace aterrizar en Chile: En medio de la incertidumbre y hasta la alarma por lo que pasa afuera, el presidente en persona promete un segundo semestre mucho mejor. 
“Cóbrenme la palabra”, llega a decir. “Tiempos mejores”, parece anunciar. 

Promesa de alto riesgo, teniendo en cuenta que si algo tiene al presidente Piñera con una desaprobación que duplica a la aprobación, es la frustración de las expectativas de crecimiento que generó durante la campaña; expectativas que por lo demás lo llevaron al triunfo. 
Y un tercer pensamiento nos lleva a tomar conciencia del enorme vacío político que hay en el país, donde ninguna coalición, ni partido ni líder individual está concitando más confianza tampoco: las encuestas muestran a algunos “presidenciables” con apoyos del 10, del 12 por ciento. 
Con esos números no hay por dónde.

Gente que se dedica a la historia y al análisis político advierte que es el escenario perfecto para el surgimiento del populismo.

Pero también una tremenda oportunidad para las fuerzas políticas con verdadera vocación de mayorías, de levantar las banderas del crecimiento, sin complejos; el fomento potente de la inversión, el comercio con el mundo… al mismo tiempo que un fortalecimiento del Estado que no puede seguir pendiente, con mano dura frente a colusiones, abusos, ganancias desmedidas, caídas de servicios básicos, y a la vez con prestaciones decentes a los ciudadanos que las necesitan.

Sí: siempre surgen voces clamando por unas u otras de estas cosas. Unas voces chocan con otras, en un debate de miradas más bien cortas. 

Una combinación inteligente de todas las causas anteriores haría sentido quizás no a todos, pero sí a muchos: gente que vota o que podría votar.

Pero nadie levanta con consistencia, y con apoyos mínimos, esas banderas.

No todavía.