miércoles, 9 de octubre de 2019

"Fachos bioequivalentes"

La nueva intolerancia, el rechazo a la diversidad y el miedo indecible al diálogo.
#ElADNdelDía



Los fascistas nacieron en el siglo 20 en Italia, en línea con los nazis alemanes, después con los franquistas españoles. La patria y la raza eran sus consignas principales, y de ahí se derivaban posturas rotundas e intolerantes frente a todo lo que creyeran que iba contra eso. 

De ahí viene el término “facho”, antes usado para referirse a los pinochetistas, a los pro dictadura… y ahora, a veces, para atacar todo lo que se mueva en una dirección distinta a la propia.

En Estados Unidos, esta actitud se vio por estos días en quienes se lanzaron contra la actriz y comediante progresista Ellen de Generes, sólo porque estuvo sentada muerta de la risa con el ex presidente conservador George Bush, en un evento deportivo. Ambos, con sus esposas. Consecuente con su postura liberal de siempre, De Generes tuvo que salir a explicar que es amiga de mucha gente con la cual no comparte creencias.

En Chile, están los que las emprendieron contra Gabriel Boric, cuando se sumó en los inicios del actual gobierno a la comisión para la infancia, convocada por el presidente Piñera. El diputado tuvo que deshacerse en explicaciones defendiendo su decisión de colaborar en un tema país.

Lo mismo pasó esta semana porque el ex ministro y ex diputado socialista Osvaldo Andrade acogió otro llamado del presidente Piñera, a integrar un grupo de trabajo transversal para que proponga ideas sobre la jornada laboral. En su propio partido ya criticaron esa participación. ¿Que no puede estar ahí para dar su opinión, hasta donde sabemos concordante con la del PS? 

Todavía resuena también el intento de sacar al diputado independiente Pepe Auth de la mesa de la Cámara, porque votó contra la acusación constitucional a la ministra Cubillos, como si tuviera que obedecer alguna orden de partido, ¡si él no pertenece a ningún partido! Y además habiendo dado fundamentos para su voto, que no tienen por qué ser concordantes con las posiciones de los demás.

Puede que sólo sea la política de siempre, y estemos hablando de parlamentarios de bajo desempeño atacando a otro porque eso les da un minuto de pantalla; puede haber posiciones duras sólo para la galería, para disimular que en otros temas se vota con el adversario feliz de la vida. En fin…

El peligro aparece cuando ese impulso se convierte en intentos de censura. En actitudes totalitarias, intolerantes e inflexibles. Contrarias a toda diversidad, temerosas del diálogo. 

Ahí está el peligro, porque esos “nuevos fachos” o “fachos bioequivalentes” se convierten en los principales impulsores de los fachos originales, los de marca.

Esos que salen mucho más caros.

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