“Jorge, necesitamos juntarnos con los roedores antes que te vayas tú, para definir los pasos a seguir; llama al roedor chico y dile que nos juntemos a almorzar en el club Vasco”…
Roedores, ratas y reptiles… así se referían unos a otros los máximos ejecutivos de los laboratorios que se coludieron durante 14 años para adjudicarse las licitaciones que hacía la Central Nacional de Abastecimientos, para comprar medicamentos inyectables destinados a hospitales y consultorios públicos.
Dejaban fuera de competencia a los que no estaban en el cartel, y elegían quién ofrecía cada vez el menor precio para adjudicarse la licitación.
Así se “ganaron” casi todas las licitaciones entre 1999 y 2013, haciendo que la Cenabast pagara mucho más de lo que correspondía: puro daño al patrimonio del Estado, que financiamos todos.
Ya sabíamos de la colusión de las grandes cadenas de farmacias.
También, cuánto más caros son los remedios en Chile que en otros países.
Lo que no terminamos de asimilar son las dimensiones de los abusos en toda la escala del negocio de los medicamentos.
Ahora, el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia nos dio una noción: multó en casi 30 millones de dólares a los dos laboratorios que protagonizaron la colusión; menos mal: esto es más contundente que las multas a las farmacias años atrás…; el tercer laboratorio zafó, porque se acogió a la delación compensada.
Cárcel no hay para nadie, porque la nueva ley anticolusión se promulgó después de los hechos, recién en 2016.
Es más: aparte del juicio del tribunal antimonopolios, el ministerio público formalizó en marzo cargos por estafas reiteradas… pero hasta ahí no más llegó: salidas alternativas, multa irrisoria, y apenas arraigo nacional con firma quincenal para el principal imputado. El Consejo de Defensa del Estado aceptó este arreglo.
Así estamos.
El mercado de los medicamentos no da para más. Junto con las listas de espera en la salud pública y las falencias de Fonasa; junto con la discriminación insostenible en la salud privada encarnada en las isapres; los remedios son el tercer lado de este triángulo de la salud en problemas que tenemos en Chile.
De paso, se instala una gran duda sobre las capacidades de la Cenabast para intervenir el mercado, adquiriendo medicamentos como gran poder comprador para hacer bajar los precios, como se ha planteado, porque fue defraudada durante más de una década sin que saltaran las alarmas y al final lo hicieran por otro lado: por Contraloría, después de años de fraude.
Nos preguntamos si todo este cuadro no ameritaba crear la primera de las comisiones presidenciales que han trabajado en otros temas durante el año, y que en buena hora lo han hecho.
Para que no tengamos que estar nunca más sujetos a las conductas delictuales de esos autodenominados “roedores”… con perdón de las ratas que habitan nuestras alcantarillas.
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