viernes, 20 de diciembre de 2019

Ahora, vamos al "proceso reconstituyente"

Se despeja el proceso constituyente, pero ahora apremia la agenda de las urgencias. 
En lo económico y lo social, necesitamos un "proceso reconstituyente". 
#ElADNdelDía




Suspenso despejado: ya tenemos itinerario constituyente. 

Las dos cámaras del Congreso aprobaron y despacharon la reforma que materializa el histórico acuerdo por la paz y una nueva constitución, que se consiguiera esa inolvidable madrugada del 15 de noviembre.

También avanzaron reformas paralelas, para tener paridad de género, escaños reservados para los pueblos originarios y oportunidades reales para los independientes.

Quedó al descubierto en estos días el abismo que hay dentro de los propios sectores políticos.

Los extremos se retrataron de cuerpo entero por lado y lado, y algunos vislumbran ya posibles realineamientos políticos a futuro.

En fin: Fue una semana de frenesí constitucional.

Pero con las mayores incertidumbres despejadas, la clase política tiene que volver a enfocarse ahora en la agenda de las urgencias. 

Sigue faltando el acuerdo en pensiones, los cambios en salud, afinar el ingreso mínimo garantizado, y una cantidad de proyectos diseñados para terminar con los abusos por aquí y por allá.

Migajas, para los más críticos.

Como sea, a estas alturas parece ineludible que el gobierno y quienes aspiran a ser gobierno definan sus “planes mayores” para el futuro.

¿Queremos reducir la desigualdad después de impuestos para emparejar de verdad la cancha entre los chilenos? Bueno, entonces tenemos que dibujar la ya insinuada macro-reforma tributaria, con horizontes a 3, 5, 10 años. Con pasos intermedios claros para llegar a una carga impositiva parecida a la de los países que queremos imitar.

¿Queremos que esa plata llegue de verdad adonde tiene que llegar? Bueno, para eso es indispensable reformar el Estado, que si sigue gastando como ahora nos va a llevar a todos a la bancarrota. También aquí tiene que haber avances por etapas, para lograr en un plazo razonable una mega-reforma del aparato público.

¿Queremos hacer todo esto de manera sostenible? Bien, entonces mucho más allá de la reactivación, necesaria y con apuro luego del porrazo económico, falta el gran acuerdo por el crecimiento en el largo plazo, única forma de recaudar de manera permanente esos impuestos y financiar todo lo que estamos discutiendo.

Agreguemos que la convivencia sigue dañada; la violencia reaparece día por medio; las desconfianzas se mantienen.

Aclarado en lo político el proceso constituyente, las autoridades y la clase política harían bien, entonces, en abocarse con urgencia, en lo económico y en lo social, al proceso reconstituyente.

viernes, 6 de diciembre de 2019

Porrazo, no frenazo

Las urgencias económicas dan vuelta otra vez todas las agendas, porque sin crecimiento nos hacemos más desiguales.
#ElADNdelDía



La economía chilena no tuvo un frenazo. Está sufriendo un porrazo.

El informe de política monetaria del Banco Central no sólo confirmó en estos días lo que ya conocíamos: una caída de la actividad, con un costo millonario en destrucción, trabajo a media máquina, nuevos cesantes por necesidades de la empresa.

También cambió la visión de lo que viene: un crecimiento prácticamente detenido por al menos un año, con desempleo sobre 10 por ciento en los primeros meses de 2020... y, tanto o más preocupante para el futuro: con una inversión total cayendo fuerte el año próximo, lo que no permite augurar una recuperación por un buen tiempo.

Pero la culpa no era mía, podrían reclamar, como las mujeres, los millones de chilenos que se han movilizado en las últimas siete semanas. 

Claro que no: la culpa directa es de quienes han destruido, vandalizado, saqueado, impedido el movimiento de la gente para ir a trabajar. Y también del gobierno, que no ha sido capaz de mantener el orden público y el imperio de la ley en todo el territorio.

Es esa combinación la que impide a la economía funcionar, al comercio vender, a los consumidores comprar; la que lleva a los ahorrantes a rescatar sus platas para comprar dólares, retroalimentando todos una espiral de incertidumbre y desánimo que nos tiene como estamos.

Pero el Banco Central dirige su mensaje más allá: a la clase política, que tantas veces parece tan desconectada de las mayorías que trabajan y sobreviven, y que necesitan seguridades sostenibles y no irreales... o infinanciables.

En siete semanas vivimos un remezón de conciencias y de  visiones, que forzó cambios fundamentales en la forma en que concebimos nuestro desarrollo. Cambios que se empiezan a plasmar en las agendas social y constitucional. Apenas estamos empezando con ellas, con patinazos y trastabillones... pero empezando.

Ahora, mal que nos pese, el porrazo económico nos obliga a todos a volver a revisar nuestras miradas, y reordenar otra vez esas agendas.

Tomemos conciencia de algo: reactivar busca solo recuperar el punto en el que estábamos, y necesitamos más que eso.

Porque es así de simple, así de cierto y así de crudo: sin crecimiento nos hacemos más desiguales... y parece que la idea era justo lo contrario, ¿o no?

sábado, 30 de noviembre de 2019

Sobrepasados



No sólo los carabineros están sobrepasados.

Los chilenos estamos sobrepasados.

Los que estamos en los medios con vocación de responsabilidad, nos hemos pasado seis semanas tratando de confrontar hechos duros con esperanzas; poniendo en la balanza las peores noticias con las que dan luces de algunas soluciones; recogiendo dolores y expectativas, y administrando respuestas mezquinas o generosas, pero que no terminan de despejar ningún horizonte.

En esta montaña rusa de esperanzas y decepciones, demasiadas veces hemos pecado de candidez. 

A ratos hemos querido creer lecturas expertas de lo que está pasando... para darnos cuenta al final de que nadie tiene idea.

Y así, se escucha a personas sensatas llamando a evitar cosas tan tremendas como la confrontación entre chilenos; se declara el miedo a escenarios que creíamos tan inverosímiles como la interrupción de la democracia. 

Salidas trágicas que de pronto no se ven tan imposibles, porque, para empeorar el cuadro, algunos extraviados las quieren y las piden.

En las calles, la fuerza pública sigue estando donde no tiene que estar, mientras no se la ve donde debiera estar. Se violan gravemente derechos humanos y se arriesgan condenas y reparaciones que van a ser costosas, mientras la impunidad sigue prevaleciendo.

El gobierno arremete con una batería de proyectos que aumentan penas... pero que a duras penas tienen agua en la piscina política y que van a ser inútiles, si las policías no son capaces de dar con los responsables, detenerlos y presentar pruebas contra ellos.

Es muy grave que el ministro de Hacienda tenga que reconocer que el país está secuestrado por la delincuencia. 

Es exactamente lo que los chilenos estamos viendo todos los días, pero puesto en palabras del jefe del equipo económico explica en buena parte por qué los capitales se están yendo y el dólar se dispara.

El gobierno se muestra incapaz de administrar el Estado, controlar el orden público, cuidar la economía y mantener la gobernabilidad. 

La oposición, dividida, desorientada y ensimismada, no parece ser hoy alternativa para manejar el Estado, restaurar el orden, recuperar la economía y asegurar la gobernabilidad.

Parte de ella parece festejar el clima que vivimos,  despreciando toda responsabilidad política.

Por eso los chilenos estamos sobrepasados. 

No queremos perder la esperanza, porque en medio de todo hay quienes proponen, hay ideas dando vueltas, y siempre pueden surgir candidatos a liderar caminos sensatos al futuro... 

Más nos vale que sea así, porque en el escenario desolador de estos días, las encuestas empiezan a capturar las peores alternativas imaginables.

jueves, 21 de noviembre de 2019

El pacto pendiente

Ya tenemos un "acuerdo por la paz y una nueva Constitución"; ahora, un entendimiento social.
Pero irrumpe otro “pendiente”: un gran pacto por el crecimiento.
#ElADNdelDía



Apenas se logró el acuerdo por la paz y una nueva constitución, hacíamos ver hace una semana que sólo se iniciaba un trabajo que va a tomar dos años. Y advertíamos que la clase política tenía que abocarse ya, a la agenda de las urgencias.

No está nada de mal constatar siete días después, que el gobierno y la oposición lograron en el Senado un gran entendimiento social. 

Incluye un reajuste sustantivo de las pensiones básicas, priorizando a los adultos mayores de edades más avanzadas  primero; transporte público a mitad de precio para todos los adultos mayores y en todo el país, sin diferencias; acceso a medicamentos, por fin a precios razonables, en una reforma estructural de este mercado que todavía hay que precisar; y también en salud, un aumento relevante del gasto público per cápita.

Ninguna de estas medidas, más otras en proceso, resuelve por sí sola y ni siquiera en conjunto, las necesidades planteadas en las movilizaciones de estas semanas. 

Falta definir los cambios al sistema de AFP, las isapres, falta el CAE... Falta mucho. Pero reconozcamos que hace un mes, lo ya anunciado no era ni siquiera imaginable en Chile.

Si el entendimiento logrado en el Senado se ratifica en la Cámara,  quizás podamos decir que la clase política está respondiendo, aunque siempre haya deshonrosas excepciones.

Si una mayoría de chilenos razonables acoge estos acuerdos al menos como el inicio de un camino en la dirección deseada, los grupos extremos, los maximalistas, y en particular los que no quieren cambios, sino solo conflicto, en la forma de violencia y destrucción... esos grupos van a quedar cada vez más aislados.

Pero las tareas ni con eso van a terminar. 

Dibujada la ruta constitucional; abordada en parte la agenda de las urgencias, está cada día más claro que hay otra agenda pendiente: la del crecimiento. 

Pocos hablan de ella, porque suena lejana, pero también es urgente, y sobre todo para los más vulnerables; los que ya empiezan a sufrir la cesantía causada por el frenazo económico, y los que la van a enfrentar en los meses que vienen.

Hoy es más importante crecer que antes del 18 de octubre, porque hoy hay mucho más que financiar.

El nuevo equipo económico y la oposición tienen la oportunidad de dar forma a otro gran pacto, que, ahora de verdad, y con una cancha mucho más pareja, haga posible una sola cosa: que los chilenos pensemos lo mismo que el millón y medio de inmigrantes que han llegado por estos lados en los últimos años, convencidos de que Chile es el mejor país para vivir en América Latina.

viernes, 15 de noviembre de 2019

La primavera de Chile





El "acuerdo por la paz y una nueva constitución" conseguido en la madrugada de este 15 de noviembre de 2019 deja grabada esta fecha en nuestra historia política y no vamos a olvidar nunca esta primavera de Chile.

Pero lo que no debemos olvidar tampoco es que millones de chilenos van a seguir viviendo su crudo invierno de todos los días, ahora dificultado para muchos por la violencia y la destrucción, o pronto por la cesantía y la inminente recesión.

El costo del cambio y de la esperanza es un costo social. 

Hemos visto en estos días los testimonios generosos de quienes dicen: "sí, me estoy demorando dos horas más por la falta de metro", o "estoy vendiendo menos" o "puedo perder la pega"... "pero si es por los cambios que necesitamos, vale la pena". 

Hay quienes han sido violentados por agentes del Estado, perdido los ojos o hasta la vida... y conmueve oír a algunos sobrevivientes diciendo también: "ojalá valga la pena". 

Pero no nos engañemos: pueden ser tantos o más los que han perdido la esperanza o endurecido sus miradas en estas cuatro semanas. Y nadie tiene derecho a exigirles que sean héroes de ninguna causa.

Los demás: los empresarios, el gobierno, los parlamentarios, y todos los que la estamos sacando barata, no podemos ignorarlos.

El camino constituyente que estamos iniciando no va a terminar antes de fines de 2021. Vamos a estar dos años en eso. Y millones de chilenos no pueden esperar dos años.

Antes de su acuerdo de hoy, la clase política, con todos sus defectos, sí ha logrado también sacar adelante reformas sociales con la actual Constitución, o a pesar de ella. Reformas que han puesto al Estado como actor clave de las soluciones.

Ahí tenemos el plan Auge de Lagos, el pilar solidario en pensiones de Bachelet I, el posnatal extendido de Piñera I, la gratuidad de Bachelet II... 

El sistema de pensiones está normado por un decreto, el 3.500... No se necesita una nueva constitución para reformarlo. 

Sí se requiere voluntad política, un acuerdo mayoritario en el Congreso y, fundamental: presupuesto. 

Por lo mismo, la economía chilena tampoco puede esperar dos años. Y otra vez: no es la nueva Constitución lo que va a hacer crecer el país de nuevo. 

Para crecer se necesita paz social y buenas políticas que den confianza, incentiven la inversión y generen empleos. Sólo así van a poder recaudarse los nuevos impuestos que permitirán financiar necesidades gigantescas.

La clase política en ejercicio, en el gobierno y el parlamento, acordó delegar el cambio de la constitución en la ciudadanía.

En buena hora, porque esa clase política tiene que abocarse ya, por completo, y en serio, a la agenda de las urgencias.  

jueves, 17 de octubre de 2019

Delincuencia: Impunidad frustrante

Crece la victimización y bajan las denuncias. Una "contradicción fatal" que nos habla de una sensación general de impunidad.
#ElADNdelDía



Se dispara la victimización. 
Más hogares declaran haber sido víctimas de la delincuencia.

Hay una brecha socioeconómica evidente, porque los más afectados son los sectores de ingresos más bajos…  y hay una inevitable lectura política: la de un fracaso del actual gobierno en una de sus prioridades.

Pero los datos de la Fundación Paz Ciudadana revelan también un alarmante desplome de las confianzas: cae el número de denuncias, a pesar de que crece el número de delitos. 

No es una contradicción vital. 
Es una contradicción fatal.

Menos gente cree en el sistema de justicia; en que policías, fiscales y jueces van a responder a esas denuncias; en que los culpables van a pagar.

Es una sensación general de impunidad.

¿Y qué confianza se puede pedir cuando ha quedado a la vista la corrupción extendida en el alto mando de Carabineros? 
¿O cuando hay noticias cotidianas de uniformados dados de baja por estar ellos mismos vinculados a la delincuencia, al narcotráfico, al abuso policial?
¿Qué afecto por el sistema puede haber cuando el director de la PDI está cuestionado por un despilfarro visible en lujos inaceptables?
¿De qué confianza podemos hablar si hay  jueces echados por corrupción y arriesgando condenas penales por presuntos delitos?
¿Si hasta un fiscal está acusado de violar la ley?
¿Si los políticos que falsearon boletas y facturas están todos libres, si los empresarios que las usaron para defraudar al Fisco son más ricos ahora que antes?
¿Y los crímenes sexuales cometidos por religiosos que no han pasado un día en la cárcel?

Todo eso, en las esferas del poder. 

En la visión de demasiada gente, también el portonazo del día, el cogoteo en la esquina y el vandalismo en las protestas suelen quedar impunes.

En el Instituto Nacional, hay estudiantes capaces de quemar a un carabinero y de incendiar su propio colegio, a vista y paciencia de una policía que no actúa o lo hace sin resultados, porque la violencia sigue.

Desde que asumió, el gobierno ha buscado lucir unos operativos masivos todos los meses, que acumulan ya decenas de miles de detenidos. Como para llenar varias veces todas las cárceles chilenas. 

También se han exhibido ante los medios unas deportaciones masivas de inmigrantes en problemas con la ley. 

Pero los delitos aumentan en vez de disminuir. ¿Entonces no eran ellos los culpables?

En el debate político, falta una derecha más dispuesta a prevenir que a condenar; a resinsertar a los niños y jóvenes que no van al colegio que a controlarles la identidad... y falta una izquierda menos acomplejada con endurecer la mano y castigar en serio a los delincuentes.

En algún terreno intermedio podría haber al menos un camino de solución, porque al final sólo allí pueden construirse acuerdos para reformas serias y no populistas; para presupuestos contundentes que financien programas eficaces, y no más voladores de luces.

miércoles, 9 de octubre de 2019

"Fachos bioequivalentes"

La nueva intolerancia, el rechazo a la diversidad y el miedo indecible al diálogo.
#ElADNdelDía



Los fascistas nacieron en el siglo 20 en Italia, en línea con los nazis alemanes, después con los franquistas españoles. La patria y la raza eran sus consignas principales, y de ahí se derivaban posturas rotundas e intolerantes frente a todo lo que creyeran que iba contra eso. 

De ahí viene el término “facho”, antes usado para referirse a los pinochetistas, a los pro dictadura… y ahora, a veces, para atacar todo lo que se mueva en una dirección distinta a la propia.

En Estados Unidos, esta actitud se vio por estos días en quienes se lanzaron contra la actriz y comediante progresista Ellen de Generes, sólo porque estuvo sentada muerta de la risa con el ex presidente conservador George Bush, en un evento deportivo. Ambos, con sus esposas. Consecuente con su postura liberal de siempre, De Generes tuvo que salir a explicar que es amiga de mucha gente con la cual no comparte creencias.

En Chile, están los que las emprendieron contra Gabriel Boric, cuando se sumó en los inicios del actual gobierno a la comisión para la infancia, convocada por el presidente Piñera. El diputado tuvo que deshacerse en explicaciones defendiendo su decisión de colaborar en un tema país.

Lo mismo pasó esta semana porque el ex ministro y ex diputado socialista Osvaldo Andrade acogió otro llamado del presidente Piñera, a integrar un grupo de trabajo transversal para que proponga ideas sobre la jornada laboral. En su propio partido ya criticaron esa participación. ¿Que no puede estar ahí para dar su opinión, hasta donde sabemos concordante con la del PS? 

Todavía resuena también el intento de sacar al diputado independiente Pepe Auth de la mesa de la Cámara, porque votó contra la acusación constitucional a la ministra Cubillos, como si tuviera que obedecer alguna orden de partido, ¡si él no pertenece a ningún partido! Y además habiendo dado fundamentos para su voto, que no tienen por qué ser concordantes con las posiciones de los demás.

Puede que sólo sea la política de siempre, y estemos hablando de parlamentarios de bajo desempeño atacando a otro porque eso les da un minuto de pantalla; puede haber posiciones duras sólo para la galería, para disimular que en otros temas se vota con el adversario feliz de la vida. En fin…

El peligro aparece cuando ese impulso se convierte en intentos de censura. En actitudes totalitarias, intolerantes e inflexibles. Contrarias a toda diversidad, temerosas del diálogo. 

Ahí está el peligro, porque esos “nuevos fachos” o “fachos bioequivalentes” se convierten en los principales impulsores de los fachos originales, los de marca.

Esos que salen mucho más caros.

miércoles, 2 de octubre de 2019

Democracias en vilo

¿Imagina al presidente Piñera cerrando el Congreso? ¿O a los parlamentarios iniciando un “impeachment” para sacar al presidente?
A propósito de crisis políticas, democracias en vilo y válvulas de escape...
#ElADNdelDía



El presidente Piñera disolviendo el Congreso y mandando para la casa a diputados y senadores...

No sacamos nada con imaginarlo: la Constitución no lo permite.
Pero el Congreso sí puede acusar constitucionalmente al Presidente de la República, por razones como comprometer gravemente la seguridad o el honor de la nación, o violar la Constitución y las leyes.

En Perú fue más brutal: el presidente disolvió el Congreso, y ese Congreso trató de sacarlo del puesto, nombrando a una presidenta interina, que 24 horas después renunció. Todo, sin mediar acusación, ni debate ni proceso alguno.

La crisis peruana se despeja un poco, porque vuelve a haber un solo presidente. Y en una de ésas, no sólo habrá elecciones legislativas, sino generales, incluyendo la de presidente.

Si así ocurre, el lío que armaron podría estar resolviéndose… sí, en los márgenes, pero no tan fuera del cauce constitucional. 
Al menos, sin un quiebre democrático ni el paso a una dictadura. Como ocurrió el 92, cuando Fujimori cerró también el Congreso, pero suspendió al mismo tiempo al Poder Judicial, desplegó a las Fuerzas Armadas, cercó a los opositores  y limitó la libertad de expresión. 
Nada de eso ha pasado ahora en Perú.

Cuando los sistemas políticos abren vías de escape a las crisis, pueden tener mejores posibilidades de resolverlas. 

En pequeña escala acaba de sortearse un escenario parecido en Chile: la acusación constitucional contra la ministra Cubillos, que siguió los procedimientos, fracasó, y fin del capítulo.

En Estados Unidos, la oposición demócrata inició el proceso del “impeachment”, para destituir al presidente Trump. Él acusa intento de golpe de Estado, pero la Constitución da al Congreso esa facultad, y ya se ha usado antes.

En el Reino Unido, el primer ministro llevaba semanas en el cargo, cuando decidió suspender al Parlamento por más de un mes, con la venia de la reina. Allá es distinto, porque es una democracia parlamentaria y Johnson es diputado. Pero la contienda se dio con el Poder Judicial, que dejó sin efecto la movida de Johnson y dejó muy mal parada a la reina.

Los choques entre los poderes pueden ser de frente; generar enorme incertidumbre; asustar a los mercados… arriesgar incluso quiebres democráticos. La destitución de un presidente puede ser traumática e incluso injusta. 

Pero cuando esos procesos se dan dentro de la democracia, aunque la ponga en vilo, no necesariamente son insanos. 

Los ciudadanos despiertan del letargo; las instituciones se prueban con ellos, y las democracias pueden demostrarse vivas y dinámicas.

Más traumáticas, más injustas, más costosas y más dolorosas son las dictaduras inmutables.

miércoles, 25 de septiembre de 2019

El grito de Greta

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Pasó lo que cabía temer: los líderes más poderosos del mundo no solo desoyeron, sino que despreciaron el discurso de Greta Thunberg. 

Los interpelados ni siquiera se dieron por aludidos.

En buena hora, el presidente de Chile sí recogió y casi reprodujo en la ONU parte de lo que había dicho esta adolescente sueca, y la invitó a la COP 25 en Chile.

A pesar de la indiferencia de algunos, las palabras de Greta van a seguir resonando en millones de conciencias.

“Sólo hablan de dinero, y de cuentos de hadas sobre crecimiento económico eterno”, dijo. 

Queriéndolo o no, con esa frase puso en el centro de la discusión mundial la dicotomía que sí ha existido entre crecimiento y medio ambiente. 

Las posiciones en ese debate suelen coincidir en buena parte con las posiciones de capitalistas y estatistas, de liberales y progresistas, de derechas e izquierdas. 

Categorías binarias, de guerra fría, de siglo 20. 
Si nos quedamos pegados en ellas, no tenemos destino.

Greta repite cada vez que puede: “No me escuchen a mí: escuchen a los cientificos”.

Pero quizás no solo hay que escuchar a los científicos...

La Academia Sueca, tan sueca y tan del mundo como Greta, entregó recién el año pasado el Nobel de Economía a los estadounidenses Paul Romer y William Nordhaus. 

El segundo ha estudiado desde los años 70 cómo el crecimiento puede ser consistente con el cuidado del planeta. 

Y propone nuevos modelos de desarrollo, con impuestos crecientes al carbono para que no salga gratis o tan barato como hoy emitir gases de efecto invernadero… con colaboración entre gobiernos; con aranceles de castigo a las exportaciones de los países que no participen; con regulaciones e incentivos bien puestos. 

Por ahí van algunas de sus ideas…

Sí ha habido una dicotomía entre crecimiento y medio ambiente, pero no necesariamente tiene que seguir existiendo.

Y menos mal, porque millones en el mundo necesitan crecimiento.

Greta Thunberg habla por los que están sufriendo y muriendo por el desastre climático, pero no habla desde o entre ellos. Ella misma se reconoció como “afortunada”. 

Claro: viene de una de las sociedades más avanzadas y con mayor bienestar del planeta.

Pero muy lejos de Nueva York y de Estocolmo, probablemente sin haber oído nunca hablar de Greta, millones de  no afortunados padecen niveles de miseria y de hambre que sin crecimiento no se puede revertir. 

Hacerlo sustentable y equitativo: sí se puede.

viernes, 13 de septiembre de 2019

Megasequía: Pasándonos por encima

La megasequía está cambiando nuestro lenguaje y empezamos a barajar soluciones: recursos de emergencia, gestión del agua, desalar el mar, carreteras hídricas. Pero todas tienen consecuencias. #ElADNdelDía




La megasequía ya está golpeando a los chilenos y, entre ellos, los más pobres. 
Entre los grupos humanos más afectados están los crianceros de cabras de la Región de Coquimbo Sur, y los pequeños agricultores de la Región de Valparaíso interior. 

Illapel, Salamanca, Petorca, Cabildo, son hoy los nombres de la crisis. 

Cada pocos días se suman las comunas declaradas “bajo escasez hídrica” o en “emergencia agrícola”. 
El número va a seguir creciendo, y con ello el flujo de platas para morigerar en una parte el drama. Pero no hay recursos infinitos para enfrentar una crisis que va a durar un tiempo indefinido, mientras el mundo esté en emergencia climática. 

Sequía estructural, decía en estos días el ministro de Obras Públicas.

Escasez hídrica, emergencia agrícola… Estamos incorporando esos conceptos a nuestro lenguaje. También ya hablamos de los negacionistas, para referirnos a los que desconocen el calentamiento global. Gente de tanto deterioro intelectual como los terraplanistas, pero más peligrosa.

También estamos aprendiendo que hay opciones, como mejorar la gestión del agua… pero cada vez con menos agua que gestionar.

O como desalar el agua del mar, que antes era muy caro y hoy es más barato… pero hay que devolver al mar la salmuera resultante, con un enorme daño ecológico si proliferan las plantas desaladoras por todos lados.

O las carreteras hídricas, emulando los acueductos romanos, para traer agua dulce de los ríos del sur… pero no se puede sacar esa agua ríos arriba, porque sería quitarla  de donde está naturalmente para regar zonas enteras, en todo el recorrido de esos ríos; habría que sacarla desde las desembocaduras, pero eso es a nivel del mar, y bombear el agua para subirla a zonas interiores implica un alto gasto de energía . Además, quitar esa agua dulce que se mezcla con el mar también dañaría los ecosistemas en los deltas de esos ríos.

Nos gusta escuchar que como país tenemos las mayores reservas de agua dulce del planeta, en los Campos de Hielo norte y sur… ¿Pero hemos pensado si tenemos derecho a usarla? ¿Y qué va a pasar cuando un día no tan lejano las guerras ya no sean por el petróleo, sino por el agua… o los hielos?

Hay demasiado que estudiar y debatir. Pocas veces los científicos fueron tan importantes de financiar y de escuchar. 

Nuestros gobernantes y líderes políticos harían mucho mejor en ocuparse de estos temas que de tantos otros que copan su tiempo por estos días. 

La emergencia ya nos está empezando a pasar por encima.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

40 horas: ¿Llegó la hora?

El debate sobre las #40horas se volvió imparable. Reducir la jornada laboral ya es ineludible. Pero hay varios puntos que poner sobre la mesa.#ElADNdelDía


La discusión sobre la jornada laboral se volvió imparable.
Viéndolo ahora, es increíble que no habláramos de una reforma como esta desde la última, hace casi 15 años. 
El mundo avanza más rápido que nuestros cambios en el ámbito del trabajo. 
El debate sobre flexibilidad también ya está atrasado. La inmigración, la automatización y los cambios culturales están pasándole por encima a nuestro régimen laboral del siglo 20.
Si el proyecto de las 40 horas choca con la Constitución, a estas alturas da lo mismo, porque es ineludible: hay que reducir jornada y tendrá que ser entonces con una ley del Ejecutivo, o que el Ejecutivo patrocine.
De hecho, ahí está el proyecto del propio gobierno, de flexibilidad con límite de 41 horas promedio.
La solución estaría más cerca de lo que muestra la confrontación furibunda de los políticos.
Como sea, un proyecto de reducción de jornada va a tener que hacer frente a varias cosas que el actual de 40 horas elude: primero, cómo resiste el empleo, si reducir cinco horas a la semana implica pagar 11 por ciento más por hora trabajada. 
Es más costo laboral, justo cuando la reforma a las pensiones también supone más costo laboral.
Por ejemplo, equivale a subir los sueldos de todos los asalariados en 11 por ciento. 
También sería igual a dar a todos los trabajadores una tarjeta para que tengan un 11 por ciento de descuento en todo lo que compren; es como bajar los precios para todos. 
O equivale a tener cerca de un mes y medio de vacaciones extras, además de las actuales. Claro, porque estamos hablando de unas 250 horas acumuladas al año.
Podríamos elegir qué preferimos, ¿o no?
Pero no suena muy realista.
Hay que darle hartas vueltas al tema. Poner muchos ejemplos en la mesa de discusión: qué pasa con las secretarias, con los paramédicos en los hospitales, con los profesores, con los choferes del transporte público, con los dependientes del comercio, con los que ganan renta variable según sus ventas, con los conserjes, con los mineros y los pescadores.
Y hay que poner en la mesa otro dilema: si se legisla con una gradualidad diferenciada para las grandes empresas y para las pymes, por unos años tendríamos trabajadores de 45 horas y trabajadores de 40 horas. Y eso se parece peligrosamente a tener trabajadores de primera y segunda clase.

Lo que no pueden hacer ni el gobierno ni los legisladores, es quedarse empantanados, porque no avanzar en reducción de jornada, y también en flexibilidad, capacitación, innovación… tampoco suena muy realista.

miércoles, 28 de agosto de 2019

Cuadrando el círculo

Bajar el impuesto a las empresas, subírselo a los más ricos, "chao" reintegración total... 

Una idea que empieza a dar vueltas para "cuadrar el círculo" en los debates sobre régimen tributario, pensiones y jornada laboral. 

#ElADNdelDía




El presidente de la comisión de Hacienda del Senado se abrió esta semana en ADN HOY a bajar el impuesto a las empresas, para estimular la inversión de una manera mucho más directa que por la vía de la famosa “reintegración tributaria”, esa que permitiría a los dueños y socios de las empresas, descontar de sus impuestos personales lo que hayan pagado esas sociedades.

¡Bajar el impuesto a las empresas! 

¿Qué lógica puede tener eso?

Hay una lógica que está dando vueltas:

En lo práctico y más inmediato, podría ser una fórmula que evite reintegrar totalmente el sistema de impuestos. El Ejecutivo y los diputados que apoyaron su proyecto en la Cámara, alegan que la reintegración sería una gran ayuda a las PYMES. Aunque sea cierto, es también un tremendo beneficio a los más ricos. 

Bajar el impuesto corporativo podría ser entonces una moneda de cambio para que la reforma avance en el Senado. En una de ésas, incluyendo un aumento del impuesto a la renta de los más ricos, que bajó en la reforma tributaria de Bachelet cuando el tema fue también una moneda de cambio a la inversa.

Avanzar en una idea como ésta supone convencer a algunos de una verdad extrañamente incómoda a estas alturas de la historia: las empresas no sólo son sus dueños; son también sus trabajadores. 

Empresas pagando un poco menos de impuesto a la renta sí que tendrían los incentivos para invertir, crecer, ampliarse y contratar gente; las extranjeras para venirse a Chile; las que no han sido creadas para empezar a existir, favoreciendo directamente el empleo, a los trabajadores, y sus salarios.

Pero hay otra moneda de cambio: una salida como ésa permitiría forzar a esas mismas empresas a que apuren el tranco en el aumento de la cotización adicional para las pensiones, para que esas pensiones no mejoren en 40 años más, sino mucho antes.

Sabemos que hay apertura para sumar varias décimas más a la cotización adicional, que podría acercarse incluso al 5 por ciento del sueldo. 

Ese inevitable mayor costo laboral podría ser mucho mejor absorbido por los empleadores si no tienen que pagar un impuesto tan alto, e incluso, ojo, haría menos costosa la reducción de la jornada laboral.

Claro: a todo esto hay que ponerle números. 

Pero para eso son los expertos, y también ahí están los modelos: casi todos los países de la OCDE tienen impuestos a las personas más altos que nosotros; tributos a las empresas más bajos que Chile; y contribuciones mucho más altas para las pensiones.

miércoles, 21 de agosto de 2019

Política "de alto vuelo"

La Moneda y el PS, "agarrados del moño" con efectos en toda la acción del gobierno y la oposición. 
Mientras el mundo y el país enfrentan amenazas históricas, ellos se dedican a "la política de alto vuelo"... 
#ElADNdelDía




Una “perla” de la semana ha sido la pelea entre La Moneda y el Partido Socialista por la acusación al voleo que se mandó la ministra vocera contra los vínculos del PS con el narcotráfico. 

Los socialistas endurecen su amenaza de acusación constitucional contra la ministra de Educación y consigue apoyos en la oposición; el presidente respalda a su vocera; el Frente Amplio le cobra una cuenta al PS por no avisarle antes… Los subsecretarios tienen prohibida la entrada a las oficinas y salas del Congreso.

Política de alto vuelo, como ustedes pueden ver.

El Partido Socialista tiene efectivamente un problema serio por las relaciones turbias de algún estamento de la colectividad con el negocio de la droga a nivel comunal, que todavía no se termina de aclarar. No está para andar rasgando vestiduras. 

El gobierno carga con la frustración de expectativas hasta de sus partidarios, enfrenta una adversidad mayoritaria en el Congreso, tiene que poner cara al gol de media cancha de las 40 horas… Tampoco está para andar juzgando a la oposición, cuyos votos además necesita.

Pero en eso están, unos y otros, mientras las últimas cuentas del Banco Central muestran el pobre desempeño de la economía; se suman cada día más y más correcciones a la baja en las proyecciones de crecimiento para el año; avanzan reformas que traen puros costos laborales, innegables desincentivos al trabajo y la seria amenaza de un estancamiento de los ingresos de la gente…

En eso están gobierno y oposición, mientas nadie es capaz de resolver la violencia en el liceo que antes fuera el más reconocido de la república… problema que a su vez deja en evidencia la pérdida de foco en educación, porque debiéramos estar hablando de calidad de los colegios, de reforma curricular, de la reintegración de los niños y jóvenes que están fuera del sistema.

En eso están, gobierno y oposición, cuando nos acercamos al final de este agosto y casi no ha caído una gota de agua en toda la zona central de Chile; cuando los agricultores de siete regiones entran en la angustia de una sequía sin precedentes; cuando las noticias del mundo nos hablan de una crisis global y del mes más caluroso de la historia; cuando la guerra comercial arrecia, amenazando con una recesión mundial que, si se produce, nos va a tener a todos mordiendo el polvo; cuando nuestros vecinos están en una crisis profunda que es un riesgo de inestabilidad regional.

En eso están, gobierno y oposición, seguramente pensando que todos esos son problemas tan grandes, que tendrán que arreglarse solos, no más…

¡Bienvenidos, argentinos!

¿Se vienen ahora los argentinos? ¿Podrá la crisis al otro lado de la cordillera provocar una nueva ola migratoria hacia Chile? 
#ElADNdelDía



Argentina enfrenta una nueva crisis de carácter terminal, recrudecida después de las extrañísimas elecciones primarias del domingo, donde no se eligieron candidatos: se pre-eligió presidente.

Pareciera que solo una guerra nuclear podría alterar lo que hoy parece una inevitable victoria del peronismo en octubre.

Y tal como dijo el presidente Macri, la economía internacional, los agentes de los mercados, los inversionistas o como quiera usted llamar a quienes dirigen el mundo, no confían en la dupla Fernández-Fernández. 

Pero Macri tiene que enfrentar también su gran fracaso, al no haber sido capaz de sanear el desastre financiero, fiscal, productivo, comercial y social que dejó la era Kirchner. 

En algunas variables, Macri incluso empeoró las cosas. 
Los análisis políticos y técnicos están ahí; la historia recién se está escribiendo.

¿Qué viene? Nadie puede anticiparlo. Para Chile, en una de ésas, ¡lo que viene son los argentinos! 

Chile es el tercer país del mundo con más argentinos después de Estados Unidos y España, estamos al lado, y ya hemos sido refugio  para ellos en tiempos de crisis, como ocurrió con la de 2001.

Los 75 mil argentinos que están viviendo en Chile, según las cifras del INE que conocíamos hace unos días, probablemente van a ser hartos más en algún tiempo, si las cosas no mejoran al otro lado de la cordillera.

Aparecemos como el destino más apetecible de la región, sobre todo después que en Brasil, Bolsonaro dijo esta misma semana que no quiere recibir una ola migratoria argentina. Y Si nuestros vecinos no son bien recibidos en Brasil, con mayor razón van a mirar para acá. 

Y ojo, que también se nos vienen los chilenos. Argentina es a su vez el principal país de destino de los compatriotas que han emigrado hacia afuera, y tal como ocurrió con los chilenos que se habían ido a Venezuela, posiblemente muchos se devuelvan.

A propósito, sumemos entonces a los 70.000 venezolanos que llegaron a Argentina buscándose la vida. Una parte de ellos puede estar pensando ya que hay mejor vida a este lado de la cordillera.

Un bonito desafío se nos empieza a dibujar.

martes, 6 de agosto de 2019

Tiempos inciertos y vacío político

Decepciona el IMACEC, arde la guerra comercial, tiemblan los mercados, sube la luz...
El presidente vuelve a anunciar "tiempos mejores", pero ninguna fuerza política "atina", combinando crecimiento y mejor Estado. 
#ElADNdelDía



La semana empezó con un lunes negro: mientras nos contaban que la actividad económica apenas creció en un decepcionante 1,7 por ciento en el primer semestre, los mercados de todo el mundo temblaban, y siguen temblando, por la guerra comercial: China devalúa su moneda, las bolsas se desploman, el cobre y (menos mal) el petróleo, también caen, el dólar se dispara… 

Y para más remate, junto con todo eso, se confirma en Chile el alza de las cuentas de la luz.

Primera reflexión: buena parte de nuestros destinos está en manos de los líderes más poderosos del mundo, que a ratos parecen también los más peligrosos del mundo. 

Decisiones individuales de ellos remecen mercados y economías, y con eso las vidas reales de miles de millones de seres humanos.

Una segunda reflexión nos hace aterrizar en Chile: En medio de la incertidumbre y hasta la alarma por lo que pasa afuera, el presidente en persona promete un segundo semestre mucho mejor. 
“Cóbrenme la palabra”, llega a decir. “Tiempos mejores”, parece anunciar. 

Promesa de alto riesgo, teniendo en cuenta que si algo tiene al presidente Piñera con una desaprobación que duplica a la aprobación, es la frustración de las expectativas de crecimiento que generó durante la campaña; expectativas que por lo demás lo llevaron al triunfo. 
Y un tercer pensamiento nos lleva a tomar conciencia del enorme vacío político que hay en el país, donde ninguna coalición, ni partido ni líder individual está concitando más confianza tampoco: las encuestas muestran a algunos “presidenciables” con apoyos del 10, del 12 por ciento. 
Con esos números no hay por dónde.

Gente que se dedica a la historia y al análisis político advierte que es el escenario perfecto para el surgimiento del populismo.

Pero también una tremenda oportunidad para las fuerzas políticas con verdadera vocación de mayorías, de levantar las banderas del crecimiento, sin complejos; el fomento potente de la inversión, el comercio con el mundo… al mismo tiempo que un fortalecimiento del Estado que no puede seguir pendiente, con mano dura frente a colusiones, abusos, ganancias desmedidas, caídas de servicios básicos, y a la vez con prestaciones decentes a los ciudadanos que las necesitan.

Sí: siempre surgen voces clamando por unas u otras de estas cosas. Unas voces chocan con otras, en un debate de miradas más bien cortas. 

Una combinación inteligente de todas las causas anteriores haría sentido quizás no a todos, pero sí a muchos: gente que vota o que podría votar.

Pero nadie levanta con consistencia, y con apoyos mínimos, esas banderas.

No todavía.


martes, 30 de julio de 2019

La burla de las contribuciones


Privilegiados que no pagan las contribuciones que debieran. Evasión de impuestos, violación de la ley... y burla a millones de chilenos que sí cumplen. Reformas que "no rascan donde pica". #ElADNdelDía



Un nuevo reportaje periodístico revela cómo algunos privilegiados burlan la ley y evaden impuestos. 
Esta vez fue el programa Informe Especial de TVN, que mostró cómo dueños de enormes y lujosas propiedades pagan contribuciones de bienes raíces francamente mínimas, o simplemente no pagan. 
En abril, fue el sitio El Dínamo el que dio a conocer la evasión del impuesto territorial que debió haber pagado el presidente Piñera por su terreno y casa en el lago Caburgua, pero que no pagó durante 30 años.
Impuestos Internos reaccionó al reportaje de Informe Especial. En un largo comunicado, abunda en datos sobre el número de bienes raíces en Chile, lo difícil que es fiscalizar a todos, y hace notar los grandes progresos logrados en materia de recaudación, a pesar de las dificultades. 
Pero no desmiente una coma de lo denunciado.
Tengo tres conclusiones: 
Uno: si no hubiera sido por el trabajo de un par de medios de comunicación, probablemente seguiría la evasión de impuestos y la burla a la ley en estos casos. El problema es que quienes no han sido pillados siguen evadiendo.
Dos: Es irritante que Impuestos Internos y las municipalidades ignoren la realidad, o hagan la vista gorda, o no intercambien información que tienen. En todos los casos revelados, lo que no se pagó ya no se pagará nunca, porque la obligación retroactiva sólo cubre los últimos tres años… si es que se hace cumplir.
Tres: Parece increíble que se esté discutiendo una reforma tributaria que favorecería justamente a los más ricos, que podrían descontar de sus impuestos personales lo que hayan pagado las empresas de las cuales son dueños o socios. Hablamos de la reintegración tributaria: una rebaja de impuestos para ellos, porque el mismo gobierno reconoce que tendrá un costo fiscal por menor recaudación. También sorprende que en el debate sobre las pensiones, parte de la oposición se incline por cargar la mano a los trabajadores, para que financien ellos la solidaridad con los actuales pensionados, cuando unos y otros en su mayoría apenas llegan a fin de mes.
¿Y por qué mejor no obligan a pagar lo que corresponde a los que evaden contribuciones millonarias, patentes comerciales (otro temazo), y todos esos impuestos que una elite de ciudadanos no paga, o elude con un sinnúmero de franquicias y triquiñuelas? 
Va siendo hora de que ellos financien la tan mentada solidaridad.

martes, 23 de julio de 2019

¡Servicios básicos 3.0 ya!

La crisis del agua en Osorno es sólo lo último: sumemos los cortes de luz por culpa de una brisa, los medidores inteligentes, las alzas de las autopistas. Llegó el momento de servicios básicos 3.0... #ElADNdelDía



La crisis del agua potable en Osorno debiera marcar el inicio de una etapa nueva.
El capítulo anterior había sido el de las eléctricas y los medidores inteligentes. Entre medio están siempre los cortes de luz causados por una brisa o una llovizna. Pero también están las alzas e insuficiencias de otros servicios antes públicos y hoy operados por privados, como las autopistas concesionadas.

En sus años de mayor crecimiento, Chile abrió los brazos al capital privado y fundamentalmente extranjero. Y ahí tenemos una serie de sectores productivos… y también los servicios básicos, los monopolios naturales.

Bienvenidas autopistas concesionadas, que cambiaron la cara a la infraestructura y liberaron recursos del Estado para las conectividades locales; bienvenida la competencia que nunca hubo antes en las telecomunicaciones… o, en el rubro sanitario, bienvenidas las coberturas casi totales de agua potable y el tratamiento de las aguas servidas, que nos deja al nivel de los países más desarrollados del mundo.

Pero todas esas cuentas ya son viejas: de comienzos del siglo 21.

Cuando nos acercamos a la tercera década del siglo, ya se dibujan propuestas para ir por servicios básicos de nueva generación. 3.0. Por ejemplo:
  • si son gestionados por privados, que no tengan poderes omnímodos como hoy, en que un mismo grupo internacional controla el suministro y el tratamiento de aguas en la mayor parte del país.
  • tarifas reguladas más estrictamente y con más sintonía fina que hoy.
  • límite a las utilidades anuales más bajos que los actuales, porque hablamos de  negocios garantizados y ahí está su ventaja.
  • contratos no prorrogables mediante negociaciones directas, como sigue ocurriendo con las autopistas: en vez de relicitar se extienden los mismos contratos que siguen permitiendo reajustes demasiado por encima del IPC
  • y muy importante: superintendencias autónomas de verdad, con uñas y dientes para fiscalizar.
Es cierto que estamos enfrascados en las reformas tributaria, la previsional, la de la salud… Viene la gran reforma institucional; falta la modernización del Estado… 

Pero esta reforma, la de los grandes servicios públicos operados por privados, especialmente cuando disfrutan de monopolios geográficos, también es impostergable y puede favorecer, tanto o más que cualquier otra, la vida diaria de millones de ciudadanos.

martes, 9 de julio de 2019

Venezuela: Bienvenidas miradas comunes

La izquierda chilena (no toda) asume como ciertos los crímenes contra los derechos humanos en Venezuela. El gobierno podría aprovechar esas miradas más comunes para consensuar mejor su política exterior... incluyendo la migratoria. #ElADNdelDía



Tuvieron que pasar varios días, para que finalmente en la izquierda chilena empezaran a fijarse posiciones claras frente a la dictadura venezolana y los atroces crímenes contra los derechos humanos que se están cometiendo en ese país, y que confirmó la alta comisionada de la ONU la semana pasada. 
¡Por fin! Después de tantos meses de ambigüedades y hasta negación de la realidad.
Está pasando lo que nos peguntábamos si iba a pasar, cuando conocimos el informe: si a lo ancho del espectro político chileno habría una visión más compartida sobre Venezuela, poniendo lo importante por encima del debate político doméstico en torno a la política exterior del gobierno. Por legítimo y necesario que también sea ese debate.
En buena hora, comienza a haber esa mirada compartida, aunque con excepciones: el Partido Comunista y algunas voces del Frente Amplio reclaman por la falta de referencias en el informe Bachelet a los intentos de golpe de Estado en Venezuela. Aunque golpe de Estado no ha habido. 
Lo que el informe de la ONU cuestiona son cosas que  sí han ocurrido y siguen ocurriendo en la “república bolivariana”.
Por enésima vez: la intervención extranjera allí sigue siendo de Cuba, China y Rusia. A Estados Unidos no le ha resultado nada en Venezuela. Sus intentos de derribar a Maduro hasta ahora han sido un fracaso. Los que han tenido éxito en sostenerlo, en cambio, son los chinos y los rusos. Y los que están dentro de Venezuela, de su gobierno y sus Fuerzas Armadas no son los gringos, sino los cubanos.
Ahora se abre una expectativa de diálogo entre la oposición que lidera Juan Guaidó y representantes del régimen venezolano. 
Con el alto auspicio de Noruega, cabe abrigar alguna esperanza de que ahora sí se produzcan avances hacia una recuperación de la democracia. Si las bravatas de Donald Trump no funcionaron, y tampoco lo hicieron los alardes de Cúcuta en ese ya lejano febrero, es posible que conversaciones serias en terreno neutral sí arrojen algún resultado.
Si algo como eso está más cerca, cobra más valor el consenso político en países como el nuestro frente a la crisis venezolana, porque se van a necesitar todas las fuerzas para respaldar una transición a la democracia en ese país, que sea verdadera, sostenible y progresiva. 
Y en ese nuevo clima, bien podría hacer el gobierno si trata de recuperar también los consensos políticos internos que perdió, al ejecutar su política exterior. 
Y eso incluye su política migratoria.